Archive for noviembre 2009

Miercoles 12


Publicado por Arturo Guevara Escobar en

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Es imposible precisar el número de bajas de las dos partes contendientes en los combates del martes 11.

El diario del Sr. Ernesto Madero calcula que ascendieron a trescientos muertos y quinientos heridos, cifras quo no nos parecen exageradas si se tiene en cuenta el encarnizamiento con que se peleó y duración de la lucha.

MIERCOLES 12.

La noche no registró al parecer ningún combate formal. Se oyeron con largos intervalos de silencio breves tiroteos y uno que otro disparo de cañón.

Al amanecer, los soldados volvieron a ocupar sus puestos y se reanudo el fuego.
Poco después entró por la calle de Zarco una fuerza federal y empezó a tomar posiciones.

Probablemente en la Ciudadela tuvieron noticia de esta circunstancia, porque algunas granadas empezaron a reventar en el camino que seguía la tropa.

Como a las ocho y media una bala de cañón rompió la puerta Mariana del Palacio Nacional y mató al Comandante de la Guardia y a 6 soldados que allí se hallaban, destruyendo a la vez dos fusiles Maxim que por precaución habían sido emplazados en la misma entrada.

El Jefe del departamento de la Secretaría de Guerra reunió a los empleados para exhortarlos a qua ayudaran al Gobierno y tomaran las armas para defender en caso necesario el edificio. De doscientos aceptaron únicamente quince. Los demás dieron un paso al frente para indicar quo no estaban dispuestos a sostener al Sr. Madero en la forma que no los pedía. Y Las granadas continuaban estallando contra las paredes del viejo palacio virreinal y enviando en todas direcciones sus fragmentos de hierro...

A las once la Secretaría de Guerra recibió mil quinientos fusiles Mauser, quince millones de cartuchos y algunas cajas de granadas para cañones Hostchis de 37 mm.

En torno de la Ciudadela seguía con breves treguas el encarnizado combate.

En la mañana los soldados del 39º Batallón situado rumbo a la Indianilla se retiraron precipitadamente. Las balas crepitaban en las paredes haciendo saltar pedazos de yeso, abriendo pequeños surcos en el asfalto, y pasaban silbando musicalmente. La tropa apresuraba el paso, iba casi en fuga con el ansia de alejarse de aquella zona de muerte.

Un paisano que al abrigo de una fines presenciaba el desfile, le gritó:

¿Por qué corren?

Algunos soldados se volvieron coléricos y mataron al desdichado.


Imagen estática, extraída de un film de la Decena Trágica, Filmoteca UNAM. Tropas del Gral. Cauz en la calle de Cuahtemotzin.

Reporte del Mayor Robert: a las 8 am, la fuerza que ocupaba la referida cárcel se retiro al Parque de Ingenieros, en virtud de la orden verbal del C. Coronel Francisco Romero, jefe de la línea. A las 12 am y a causa de nueva orden superior, la fuerza de mi mando se retiro nuevamente, junto con tropa de los batallones 3º, al mando del coronel de ingenieros Francisco Romero y 49º parque de ingenieros y 51º cuerpo de rurales, por calles de Cuauhtemotzin hasta el crucero con las calles de San Juan de Letrán, donde se estableció también una sección de artillería.

Fotografía anónima, FINAH. Soldados en la esquina de Niño Perdido y Cuahtemotzin, hoy Fray Servando Teresa de Mier.


Fotografía de Aurelio Escobar Castellanos, publicada por H. J. Gutiérrez, "Nº2 Federales atacando Felicistas.", fechada el 12 de Feb. La calle de Cuauhtemotzin, terminaba en un callejón hacía el poniente, sin existir la actual calle de Dr. Río de la Loza.

El cañón colocado en la esquina del Campo Florido permaneció inactivo todo el día, pues en la tarde aun tenía completa la dotación de parque. Esta pieza se hallaba a cargo de un oficial y de soldados y era sostenida por un reten de rurales y hombres del 38º Batallón.

Dos oficiales fueron a Tacubaya por dos cañones que allá se encontraban.

En Chapultepec, además de los cadetes había una guarnición de cien hombres entre rurales y soldados del 1er Batallón. Fue prohibida terminantemente la entrada al castillo, y cuantos se aventuraban por el paseo era inmediatamente, detenidos y registrados.

En el llano situado en el ala Poniente de la Reforma fueron emplazadas ocho piezas de artillería con su correspondiente dotación de parque.

Postal anónima, "nº39 Artillería del Gral. Ángeles". En ocasiones, verciones de la misma imagen se han atribuido a Hugo Brehme. En la fotografía solo se aprecian 4 de la ocho piezas de artillería, mismas que estaban en las inmediaciones de la Columna de la Independencia.

COMBATE EN LA 6a. COMISARIA.

Durante la noche anterior los felicistas habían ocupado el edificio de la 6ª Comisaría y emplazado una ametralladora en la torrecilla. Desde ella hostilizaban continuamente a las tropas del Gral. Delgado, distribuidas convenientemente en las calles de Revillagigedo, Victoria, Independencia y San Juan de Letrán. El Gral. Delgado comprendió que era indispensable acabar con ese puesto avanzado, y lanzó una columna contra la Comisaría, entablándose un espantoso combate en que jugó principal papel la artillería. La torre fue abierta a cañonazos, la ametralladora despedazada, muertos la mayor parte de los defensores. Los demás felicistas que se encontraban en el Edificio se retiraron favorecidos por el fuego de las posiciones amigas no sin dejar muchos heridos y muertos en el camino.

El ataque se continua hasta el jardín Carlos Pacheco, anteriormente conocido como Plaza de la Candelarita, retirándose las tropas felicistas que se habían posesionado de las casas en la calle de Pescaditos. Razón por la cual más tarde se dan los trabajos para cavar una trinchera sobre la calle de San Antonio, y evitar el avance sobre la Ciudadela.


Secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano, disparo y acierto sobre la torre de la 6ª Comisaría, el cañón se colocó en la esquina de Revillagigedo y Nuevo México. Con probabilidad se trata de la pieza a cargo del 20/o Batallón de Agustín Llaguno.


Postal de Aurelio Escobar Castellanos, marcada con el número 28, "6ª Comisaría de Policía", poco después de ser abandonada por los felicistas, vista sobre la calle de Revillagigedo, cuelga una bandera de los Estados Unidos en la contra esquina... En la imagen inferior del mismo autor: "Demarcación de Policía", con la vista sobre la calle de Victoria. Una tercera toma Nº 20, editada por H. J. Gutiérrez se publicó anteriormente en otro post, en la que aparece Enrique Escobar Castellanos. Mostramos otras 3 fotografías anónimas del mismo edificio, y se pueden encontrar en las siguientes ligas: 1, 2, 3, la primera la publicó Enrique Krauze en "Madero Vivo" donde se lee: "Relox de la 6ª Comisaría Victoria y Revillagigedo.08"; la segunda pertenece al Archivo Casasola, 451447, la última publicada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".

Abajo, secuencia extraída de "Memorias de un Mexicano" de S. Toscano; disparo de un cañón asentado en la bocacalle de Revillagigedo y Juárez, por el calibre de la pieza y la ubicación, resulta lógico que se esté apuntando a la 6ª Comisaría, o rumbo a la calle de Pescaditos, las sobras nos indican que es de mañana. Al fondo vemos el esqueleto del Palacio Legislativo, que nunca se concluyo. Se trata probablemente de la sección de artillería del 49/o Batallón a cargo de Francisco Romero.
Por el corto calibre de la artillería involucrada, y por el daño aparente en la misma Comisaría así como en edificios vecinos, se puede inferir que para derruír la torre se requirió de varios impactos.


Abajo, postal anónima, de la colección de la UACJ. Bocacalle de Balderas y San Antonio, sobre la de San Antonio se cava una trinchera, al pasar de los días veremos como va aumentando el volumen del parapeto y acumulación de despojos.

Mientras esto pasaba en la 6a Comisarla, parte de las fuerzas del Gral. Ángeles que habían logrado posesionarse del Hotel Imperial, era desalojado por el fuego de los revolucionarios apostados en el edificio de la Asociación Cristiana de Jóvenes. Los soldados volvieron poco después a la carga y fueron nuevamente rechazados hacia el Paseo de la Reforma, pasándoles igual cosa en las diferentes tentativas que hicieron en el resto del día para recobrar la posición.

Por el sur las fuerzas del Capitán Robert se hacen fuertes en la Cárcel de Belem y son desalojados por violentísimo cañoneo.

INTRODUCCION DE VIVERES.

El 12 fue día feliz par los revolucionarios, porque logaron introducir a la Ciudadela varios carros de pan y una gran cantidad de leche.

De los grandes llanos y Clemente Jaques adquirieron además muchos artículos de primera necesidad. Se dijo que la introducción de víveres fue al amparo de la Cruz Roja y con este motivo el gobierno desconoció a la institución y dictó algunas órdenes para que se impidiera a los miembros de ésta el paso por la zona de combate.

El mismo día el gobierno se posesionó de las oficinas de la "Compañía Telefónica 'Ericson" y puso allí en calidad de inspector a un diputado apellidado García de la Cadena. Igual cosa trató de hacer con la "Compañía de Teléfonos "La Mexicana," pero ésta no quiso plegarse a las exigencias del gobierno y no se insistió más por tratarse de intereses americanos.

El Embajador de los Estados Unidos y los Ministros de España y Alemania hicieron una visita, al Presidente y hablaron largamente sobre la delicada situación de la República y especialmente de la Capital. El Sr. Madero se mostró muy optimista y sonriendo como siempre aseguró a los diplomáticos qua la rebelión sería dominada en 24 o 36 horas.

Embajador y Ministro estuvieron después a ver al Sr. Gral. Félix Díaz en la Ciudadela, donde los recibieron con los honores de ordenanza. A las representaciones que le hicieron, el Jefe sublevado contestó que no había hecho fuego sobre la ciudad sino para repeler el avance de las columnas maderistas. En seguida mostró personalmente la fortaleza a los distinguidos visitantes para que pudieran apreciar por si mismos el estado de ella, los elementos de combate con que contaba y la excelente moral de su gente.

Ese mismo día el Presidente Taft celebró una junta extraordinaria para tratar los asuntos de México. Concurrieron el Secretario Knox y los Ministros do Guerra y de Marina. Se acordó enviar buques de guerra a Veracruz, Tampico y Mazatlán.

Los Senadores americanos se negaron a hacer declaraciones. Solo el senador Fillman consintió en decir algo.

"El Presidente Taft, —expresó— debe ser muy cauto a fin de no comprometer a los Estados Unidos en una guerra con México en los momentos de entregar su puesto al sucesor. Ninguna desgracia sería comparable a la de una guerra inicua en estas circunstancias. Debemos hacer lo estrictamente indispensable para proteger el honor nacional, y si por alguna causa tenemos que mezclarnos en los asuntos de México, hagámonos a un lado lo más pronto posible."

La noticia de la junta causó penosa impresión. El vago peligro de la intervención empezaba a concretarse. Era evidente para todos que si la contienda no terminaba pronto, estallaría sobre la República la temida tempestad. Solo el Sr. Madero sonreía y continuaba diciendo:

—No es nada, no es nada...


Postal anónima, colección UACJ, "Conducción de los presos Belem".
Abajo, fotografía editada por Casasola en "Historia Gráfica de la Revolución Mexican".


Durante estas operaciones fueron hechos varios prisioneros y remitidos a la Mayoría de Plaza, y se recogieron 21 fusiles sin marca a los presos y dispersos de la cárcel de Belén. Al desocuparse la expresada cárcel el día 12, los presos, libres de custodia, huyeron en masa de la prisión habiendo logrado reaprender con la fuerza a mis órdenes a 900 de ellos aproximadamente, siendo conducidos al Parque de Ingenieros a disposición del C. Coronel Jefe de la Línea. Ernesto Robert, Capitán 1º del Estado Mayor, comandante del Batallón Irregular.

La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.

Notas en cursivas extraídas de documentos del Archivo Histórico SEDENA, y otras fuentes bibliográficas.

También se puede leer:

Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
La Decena Trágica. Antecedentes. La "H. J,. Gutiérrez" previo a la decena.
La Decena Trágica. Los fotógrafos.
La Decena trágica. La cámara anónima.
La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".

LOS HECHOS:

Domingo 9
Santiago Tlaltelolco.
Lunes 10
Martes 11
Miércoles 12
Jueves 13
Viernes 14
Sábado 15
Domingo 16
Lunes 17
Martes 18
Miércoles 19
Jueves 20

Jueves 13.


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La Ciudadela y el puesto de la Reforma rompieron este día el fuego, generalizándose después en el resto de las posiciones.

Los cañones y las ametralladoras funcionaron con brevísimas interrupciones hasta las 2.30 p. m., siendo intensísimo el fuego a las 11.30.

Como a las 10 andaba por las calles de Bucareli el aventurero Solón Argüello, seguido por cuatro individuos, hacienda propaganda entre los obreros para que tomaran las armas en favor del Gobierno. Aseguraba a los que se detenían a oírlo que el Gral. Félix Díaz estaba reducido al último extremo y en situación desesperada, y ofrecía buena gratificación a los que lo siguieran. De Bucareli tomó por San Rafael y San Cosme en busca de obreros.

La ciudad sufre este día los más terribles estragos a causa del bombardeo. En el interior del Casino Americano (Gante esquina 1ª de San Francisco) cayeron siete granadas y destruyeron la biblioteca.


Paco Ignacio Taibo II, en "Temporada de zopilotes" nos dice:"Wilson sigue enviando y difundiendo informes alarmistas: "Durante el fuego de esta mañana el Club Americano fue completamente destruido". La versión era falsa, no habían sido más que unas balas perdidas que dieron en la fachada y dos bombas que estallaron en el patio rompiendo algunas ventanas y muebles.

Con las tres postales de autor anónimo, (se conocen más imágenes) provenientes de la colección Getty, es evidente que sí no podemos decir, "Destrucción" en el sentido absoluto de la palabra, arrasado, convertido en escombros, los daños son claros, en el jardín, biblioteca y cuartos de descanso. Tampoco podemos decir que se trato de unas balas perdidas, al cotejar las direcciones de otros inmuebles dañados mencionados a continuación nos damos cuenta que se trata de un ataque nutrido en el área de las calles de Nuevo México y 16 de Septiembre; con probabilidad, con la intención de Hostigar la retirada del 42/o Batallón, apoyos en la maniobra. Con el paso del tiempo la humanidada se ha ido haciendo insensible a la destrucción, los niveles de destrozos a que estamos acostumbrados hoy en día, contemplando la TV, nos harían pensar que efectivamente no fue nada. Por otra parte nos preguntamos con cuan buena puntería metieron 7 impactos en el pequeño edificio, y sí las granadas pegarón en la fachada, no es posible atinarle desde una posición felicista...

Patricio Avalos, Capitán 1/o del 42/o Batallón.
El día 13, estando el subscrito con toda su gente ocupando la calle 4ª de Nuevo México, y en los momentos de ser visitado por el Señor General Sanginés, el enemigo con muy nutridos fuegos de ametralladora acercó sus fuegos por el ángulo de la esquina de Balderas, nos barrió de modo muy duro y tenaz, a pesar del vivo fuego de fusilería con que se resistió, rechazándonos hasta 2 calles de distancia por que también batía la calle de Revillagigedo que hubiera podido servirnos de abrigo al estar dominadas por nuestra gente. En este combate resultó herido el Señor General Sanginés, y por parte de mi fuerza 2 soldados muertos y 4 heridos y un soldado prisionero del enemigo. Por la tarde se rechazó de nuestra calle al enemigo con el auxilio de una ametralladora del Gobierno, y recuperamos todos nuestros puntos volviendo a observarlo por la esquina de Balderas.

En la habitación del Sr. Gral. Samuel García Cuellar, situada en los altos del Hotel del Jardín (San Juan de Letrán esquina 16 de Septiembre), estallaron tres que hicieron pedazos el mobiliario. En la esquina Oeste del mismo edificio y en el interior cayeron otras bombas que hicieron salir, presas del pánico, a los pasajeros allí alojados.

El mapa tomado como referencia corresponde al año de 1905, Sanborn Map Co., por lo cual la nomenclatura de las calles, y los registros de los predios tienen algunos cambios para 1913.

El Casino Alemán (nos referimos al nuevo edificio, esquina de 2ª de López e Independencia, antiguo local de la 6ª Comisaría) y el Restaurant Berger (1ªIndependencia esquina López) fueron también alcanzados por algunos proyectiles.

Una bala de cañón rompió la parte superior del edificio de la Tienda "Los Tranvías" y fue a pegar después en una pared del Hotel Porter (San Juan de Letrán 12). En "La Ciudad de Londres" (San Francisco esquina Palma), en el Centro Vasco (1ª San Francisco 9) y en el Teatro Colón (16 de Septiembre esquina Colegio de Niñas) caen otras bombas. Otro proyectil abre una pared en la casa que ocupa la Escuela de Comercio en la esquina de las calles Hombres Ilustres y Maríscala (el edificio hasta marzo fue ocupado como cuartel).

Fotografía anónima, previa a 1913, con una vista hacia el norte de la calle de San Juan de Letrán; en primer plano a la derecha, esquina 16 de Septiembre, la tienda " Los tranvías", siguiente edificio donde se lee "Hotel", el Hotel Porter, el edificio alto del fondo "La Mutua".

En el edificio de 'La Mutua" (después Banco de México) caen tres granada. La primera, después de atravesar la barda del nuevo Teatro Nacional, choca en la parte inferior de aquél. Las otras dos penetran en las oficinas situadas en los pisos segundo y tercero.

Las calles que más daños sufrieron son las de Nuevo México, Victoria, San Agustín, Ayuntamiento y Salto del Agua, al Este; Roma, Prim e Insurgentes; al Noroeste. Rumbo a Jesús María en la Merced, San Lázaro, Santo Domingo, Santa Ana y Peralvillo cayeron también algunas granadas. Igual paso en el Palacio Nacional, especialmente en el Departamento de la Sría. de Guerra.

Entre el Sr. Dr. Villarreal y el Dr. Alfonso Cabrera, hermano del maderista Blas Urrea, se registró un serio altercado con motivo de las imputaciones que el Gobierno hizo a la humanitaria institución de la Cruz Roja. El primero hizo presente al gobierno el alto valer y la respetabilidad de las personas que integraban el personal de la Cruz Roja, que los ponían al abrigo de cualquiera sospecha. No obstante esto, el gobierno insistió en su actitud y los automóviles de la Cruz Roja dejaron de verse en las calles de la Capital, no cumpliendo su peligrosa tarea de recoger a los que caían heridos en el fragor del combate.

Fotografía anónima publicada por Casasola en "Historia gráfica de la revolución mexicana", en ocasiones se ha identificado como carro de la cruz Roja, sin embargo el vehículo porta una bandera de Cuba.

Ya muy avanzado el día fueron replegados hacia los talleres del Palacio de Hierro (en Necatitlán, cerca de Tlaxcoaque) los dos cañones que estaban emplazados en Campo Florido.

Los rurales apostados en la calle de Bolívar fueron atacados vigorosamente y huyeron hacia el Oriente, por la calle Flamencos.

Al caer la tarde, gobiernistas y sublevados conservaban más o menos las mimas posiciones. La ciudad estaba silenciosa. Grupos de gente del pueblo discurrían por algunas calles comentando las últimas peripecias del combate. Reían y conversaban abrigados detrás de las esquinas, presintiendo al parecer la proximidad de la paz.

Notábase entre ellos la ausencia de porristas. Se diría que la tierra se había tragado a todos los miembros de la benemérita (?) institución del maderismo.

La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913. Notas entre paréntesis no corresponden al texto original.

Ernesto Robert, Capitán 39/o Batallón.
La 1ª compañía recibió orden de marchas como sostén de la batería Sur de artillería, instalada en las últimas calles de Bolívar, y la 2ª compañía ocupó la 12ª calle de Isabel la Católica.

La prensa norteamericana reporta que los días 12 y 13 el edificio del Consulado Americano fue alcanzado por las bombas, por tratarse de una localización estratégica, esquina Balderas y Juárez, continuamente será golpeado, pudiéndose registrar el avance de los daños con el pasar de los días. En la fotografía inferior, anónima Sinafo 451459, contemplamos el edificio en cuestión a la izquierda, a la derecha un lote baldío cercado con tablones, la postal superior editada por "Am H & P Co." muestra una vista desde el interior del predio, haciendo claros los daños del edificio contiguo. Por desgracia las crónicas solo relatan los daños en edificios relevantes, por si mismos o por sus habitantes, pero por medio de registros gráficos notamos una extensión de los daños más amplia; por lo menos contamos dos docenas de impactos de cañón, los daños que observamos son perforaciones en el muro, efecto improbable de una bala de fusil.



Notas de Patricio Avalos y Ernesto Robert, extraidas de sus reportes Archivo Histórico SEDENA.

También se puede leer:

Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
La Decena Trágica. Antecedentes. La "H. J,. Gutiérrez" previo a la decena.
La Decena Trágica. Los fotógrafos.
La Decena trágica. La cámara anónima.
La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".

LOS HECHOS:

Domingo 9
Santiago Tlaltelolco.
Lunes 10
Martes 11
Miércoles 12
Jueves 13
Viernes 14
Sábado 15
Domingo 16
Lunes 17
Martes 18
Miércoles 19
Jueves 20


Viernes 14.


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Apenas rotas las hostilidades un grupo de soldados del 20/o Batallón de Infantería se rebela en las calles del 16 de Septiembre, matando a dos de los oficiales e hiriendo gravemente a otro que fue conducido poco después al hospital.

Al insubordinarse los soldados, arrojaron sus fusilen al suelo, y lamentándose de estar hambrientos y de no haber recibido todavía los haberes de los últimos días, se negaron a marchar a la zona de fuego. Dominados inmediatamente por los compañeros que habían permanecido fieles al gobierno, fueron llevados al Palacio Nacional, donde cuatro de ellos, considerados jefes del motín, pagaron con su sangre el delito cometido.

El 20/o Batallón desde el día 11 daba muestras de una debil moral, coheción y obediencia.

CONFERENCIAS INFRUCTUOSAS.

A medio día se pactó una pequeña tregua.

Con motivo de una reclamación presentada el día anterior por la Legación Inglesa, el Gral. Ángeles tuvo una breve entrevista con Sr. Lic. León de la Barra, de la cual resultó que el Presidente Madero, que tuvo conocimiento de lo ocurrido, comisionara al mencionado militar para que le dijera al Sr. de la Barra que fuera a Palacio.

Presidente y ex-Presidente celebraron una larga conferencia y en ella el primero autorizó al segundo para que hablara con los Sres. Generales Díaz y Mondragón sobre la, manera de resolver satisfactoriamente la grave situación en que se encontraban.

El Sr. de la Barra se dirigió entonces a la Ciudadela, acompañado de su hermano Don Luis y del Capitán Cueto, en un auto con bandera blanca. Recorriendo diversas calles, aclamado por los grupos de curiosos, se detuvo en la calle de Dinamarca y abandonando en ese lugar el auto se encaminó directamente a la Ciudadela. Allí se encontró con el Sr. Ministro de España, que estaba conferenciando con el Sr. Félix Díaz y esperó algunos momentos. Después que se despidió el Sr. Cólogan y Cólogan, el Sr. de la Barra habló como una hora con los Sres. Grales. Díaz y Mondragón, exponiéndoles las delicadas consecuencias en que se encontraba el país y el peligro de que se viera envuelto en conflictos internacionales como consecuencia de la revuelta.

Fotografía publicada por Casasola en su libro " Historia gráfica de la revolución mexicana", donde usa el siguiente pie de imagen: "El ministro de España, señor Bernardo de Cologan y Cologan, saliendo de la Ciudadela después de conferenciar con los generales Félix Díaz y Mondragón. Lo acompañan el cónsul de España, el coronel Joaquín Mass y el licenciado Fidencio Hernández."

Los jefes revolucionarios le indicaron en contestación que no podían entrar en negociaciones con el gobierno sino sobre la base de la renuncia del Sr. Madero y de todo su gabinete y que ratificaban a este respecto cuanto acababan de manifestar al Sr. Ministro de España.

El Sr. de la Barra regresó a Palacio a dar cuenta al Sr. Madero del resultado de sus gestiones.

En la conferencia que se celebró estuvieron presentes algunos miembros del Gabinete y el Sr Gustavo Madero. Dícese que hubo un momento en que el Sr. Madero, impresionado por las palabras del Sr. de la Barra, que le exponía con toda franqueza la gravedad de la situación, los males que sufría el pueblo de la Capital, orillado al hambre y a la muerte, la destrucción inevitable de las únicas fuerzas organizadas para la defensa de la Patria, estuvo a punto de ceder; pero que el Sr. Gustavo Madero intervino en ese segundo de vacilación y cambió totalmente al curso de las ideas del Presidente.

Y, alentado por las palabras de su hermano, el Sr. Madero volvió a afirmarse en su primitivo propósito de sostener hasta el fin la llamada legalidad, y manifestó que moriría en su puesto.

El fuego de las ametralladoras y los cañones vino a desvanecer las alagüeñas esperanzas que empezaba a alimentar el pueblo, y la matanza de hermanos continuó ensangrentando la calles hasta que la noche se adueñó de la Metrópoli, y los focos eléctricos comenzaron a parpadear en las sombras.

En la jornada de este día fueron casi destruidos el edificio de la Legación de Bélgica (Paseo de la reforma 90) y algunas casas inmediatas a la Glorieta Cuauhtémoc.

A medio día cayeron varias granadas en la elegante casa que el Sr. Francisco I. Madero que poseía en la calle de Berlín y la incendiaron. Debido a que había guardado allí una considerable cantidad de parque, el fuego tomó rápidamente gran incremento, y de la hermosa construcción sólo quedaron las paredes ennegrecidas. Se dice que fueron enviados oportunamente algunos rurales desarmados a combatir el incendio pero que nada pudieron hacer a causa de los pocos elementos con que contaban para ello.


Cuatro imágenes de la casa de Madero, en realidad es la casa de los padres de Francisco I. Madero, en la esquina de Berlín y Liverpool. La primera una postal anónima pero podría tratarse de la autoría de Tinoco, donde se ve el incendio del inmueble. La segunda y tercera, de autor anónimo, y publicadas durante la exposición "México en Cantabria, imágenes de un patrimonio común.", la vivienda antes y después del incendio. Finalmente una fotografía publicada por "H. J. Gutiérrez", realizada por Aurelio Escobar Castellanos, con el título: "Casa de ex-presidente Madero incendiada el 11 de Feb.-1913, Nº 36". Al final del relato haremos un cuestionamiento sobre la divergencia de estos datos y otros asuntos.

Los felicistas conservaron su posición de la garita de Belem, lo mismo que las que tenían en la Piedad.

Lo cual es un claro indicativo de como se va extendiendo la zona de control felicista.

Un repórter pasó por Dinamarca y aprovechó la ocasión para hablar con los rurales estacionados en ese lugar. Los infelices no habían comido en los días más alimento que los pocos que podía proporcionarles la caridad pública y desfallecían de hambre. Igual cosa parece que pasaba en varios otros puestos.

Rumbo a San Juan de Letrán se empeñó en las últimas horas de la tarde un combate muy reñido en que las fuerzas del gobierno tuvieron bastantes bajas.

Desde el lunes a medio día habían sido colocadas en la calle de Sn. Juan de Letrán dos cañones. El jueves en la noche fueron llevada estas piezas a los puestos del sur, donde estuvieron funcionando al iniciarse el combate en la mañana. Poco después las quitaron de ese lugar y las llevaron a la calle de Aldaco, probablemente con la intención de proteger el avance de alguna columna de infantería. Los felicitas no pudieron determinar por lo pronto la situación de las piezas y con el fin de fijarla empezaron a arrojar una lluvia de granadas entre San Felipe Neri y las Vizcaínas y hacia la parte Este de la calle de Aldaco.

Fotografía 5x7 publicada por "H. J. Gutiérrez", autor: Aurelio Escobar Castellanos, "Federales atacando Felicistas, México Feb. 14-1913." Puesto llamado "Sur", a inicios del día en San Juan de Letrán y después retirado a la calle de Aldaco.


Postal anónima, de la colección de la UACJ, "Explosión de una bomba en la Iglesia de Regina. 12." La iglesia de Regina se encuentra en la calle del mismo nombre, separada de Aldaco por dos pequeños callejones. Muestra de que los fotógrafos se encontraban trabajando bajo el bombardeo. En la esquina de Aldaco y Mesones se destruye una casa, dato registrado por un fotógrafo anónimo, imagen publicada en el Blog con enterioridad.

Algunas bombas explotaron en el aire sobre el distrito del Salto del Agua, sembrando el terror entre sus moradores muchos de los cuales salieron en ropas menores para escapar del peligro.

Otro de los combates de importancia que se registraron ese día tuvo lugar en la calle del Puente de Peredo. Parece que las fuerzas del Gobierno previeron un ataque por este rumbo, pues poco antes de amanecer, un auto con las laces apagadas se detuvo frente a los cuarteles de la gendarmería montada que existen en dicha calle, y se llevó las maquinas de escribir y los documentos de las oficinas.

Postal editada por Miret: "Fuente del Salto del Agua.

Cuando amaneció, había desaparecido los gendarmes. Los sublevados llegaron en su avance hasta el cuartel de Peredo, pero se retiraron momentos después, batidos por el fuego vivo y certero que lee hacían de las alturas de los edificios inmediatos.

Mientras estos movimientos se efectuaban en la calle del Puente de Peredo, una columna federal avanzó por el Sur de la Ciudadela y tomó posiciones a lo largo de la línea divisoria de la Colonia Roma. Los felicistas se dieron cuenta de esta maniobra y destacaron un escogido grupo de tiradores a impedirla. Unos y otros rompieron el fuego en las cercanías de la Embajada Americana y las balas comenzaron a silbar en todas direcciones. Un curioso fue muerto cerca del edificio do la Embajada.

Postal anónima, Embajada de los Estados Unidos en la esquina de las calles de Veracruz, hoy Insurgentes y Puebla.

LA CRUZ BLANCA NEUTRAL.

El Gobierno desconoció el día 14 a la Cruz Blanca Neutral.
Hablando de esto un periodista con un caracterizado miembro de la institución, le dijo el abnegado filántropo:

—Tuvimos informes exactos de que el Sr. Federico González Garza y el Jefe de redacción de "Nueva Era" usaban indebidamente los brazales do la Cruz Blanca, y con este motivo se envió una enérgica nota a ambas partes contendientes, notificándoles que no debían ninguna de ellas emplear los distintivos de la institución.

Media hora después, el Presidente de la Cruz recibía una comunicación en que el gobierno desconocía a la institución y prohibía a sus miembros que recorrieran las calles recogiendo heridos. Confirmando esta inexplicable disposición, las fuerzas del gobierno detenían en la calle un automóvil de la Cruz Blanca y llevaban a sus tripulantes al Palacio Nacional, donde el Sr. Francisco Cosío Robelo se permitió ultrajarlos brutalmente en pago de los peligros que hasta entonces habían corrido en su generosa tarea de atender a los heridos abandonados en la vía pública.

Fotografía de autor anónimo. Casasola la titula: "carros comerciales improvisados por la Cruz Roja para recoger heridos.", en "Madero Vivo" simplemente: "Vehículo comercial adoptado como ambulancia". En realidad es una vehículo de la fábrica de cigarros el Buen Tono, empresa vecina de la Ciudadela, y la bandera que ostentan es de la Cruz Blanca, aun tratándose de imágenes en blanco y negro, la Cruz Roja siempre usa el fondo blanco con la cruz en rojo (obscuro sobre claro), mientras la Blanca, cruz blanca sobre fondo rojo (claro sobre obscuro)."Un miembro de La Asociación Base Draco, agrupación mexicana dedicada a la espeleología, nos hizo notar que el actual emblema de la Cruz Blanca Neutral es fondo azul con cruz blanca."


JUNTA DE SENADORES.

Durante la noche del 14 al 15, se contaron en la filas del Gobierno muchas deserciones a causa del desaliento que infundía en algunos soldados la esterilidad de los ataques. Aprovechando los momentos de confusión se introducían a las casas y, de grado o por fuerza, obtenían ropa para cambiar el uniforme y salir a la calle. Otros se concretaban a tirar las armas y escapar a toda carrera de la zona de peligro, perdiéndose en las bocacalles cercanas.

En la misma noche un numeroso grupo de senadores celebró una junta en la casa del Sr. Don Sebastián Camacho con el fin de cambiar impresiones e intentar alguna cosa para poner término a la aflictiva situación de la Capital.
Estuvieron en ella los Sres. Lacurain, Sebastián Camacho, Jesús Flores Magón, Francisco León de La Barra, Guillermo Obregón, Gral. Luis C. Curiel, Ricardo Guzmán, Emilio Rabasa, Rafael Pimentel, Gral. Izaguirre, Tomás Macmanus, Víctor Manuel Castillo y Juan G. Fernández, quienes después de prolongada discusión acordaron nombrar una comisión para que se acercara al Ejecutivo, y nombraron para el caso a los Sres. Guillermo Obregón y Gumersindo Enríquez. Este último caballero no había concurrido a la junta y cuando se le comunicó la resolución tomada per sus compañeros, se negó a salir fuera de la casa, alegando la absoluta falta de garantías, por lo cual se citó para nueva junta en el local de la Cámara de Diputados.

PERCANCES DEL OFICIO.

El Sr. Jorge Rodríguez repórter de El Independiente, estuvo a punto de ser víctima del celo de los gobiernistas. Con permiso del Mayor Quiñones, que se hallaba con sus fuerzas en la calle Cuauhtémoc, pasó hacia al campamento del Coronel Francisco Romero, Presidente de la Cámara de Diputados, y allí fue detenido por varios soldados.

Al ser interrogado, manifestó que era repórter de El Independiente, y entonces algunos individuos que se hallaban presentes y que al parecer no tenían ningún mando, lo abrumaron a cargos.

Ese repórter —dijeron---es del periódico de Braniff, del periódico antigobiernista que iba a publicar el manifiesto de Félix Díaz. Con toda seguridad que se trata de un espía. Los soldados no necesitaron más explicaciones. Momentos después el Sr. Rodríguez estaba en medio de la calle, con dos centinelas de vista.

Se asegura que al Coronel Romero, al tener conocimiento de la detención, ordenó que se hiciera fuego sobre el detenido a la primera granada que cayera en el campamento.

Durante su permanencia allá el repórter supo que el día anterior los felicistas les habían inutilizado cuatro piezas a las tropas gobiernistas: dos en Campo Florido y dos en el Niño Perdido. Cerca de las cuatro de la tarde fue puesto en libertad.

Minutos después estalló una bomba en el campamento. Si hubiera estado en él , probablemente los soldados cumplen las órdenes del Coronel y el Sr. Rodríguez paga con la piel la buena puntería de los defensoras de la Ciudadela.


La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.

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Viernes 14 de 1913, los combates se han sucedido por cinco días, nos encontramos a la mitad de la llamada Decena Trágica, y es conveniente hacer un alto para analizar ciertos aspectos, que se van haciendo patentes a lo largo del texto elegido como base; La Decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913, y las confirmaciones o divergencias hechas por medio de fotografías, y el Archivo Histórico de la SEDANA.

A través de la historia oficial, de los últimos 95 años, se ha magnificado los desaciertos del movimiento llamado "Revolución Felicista", al grado de ponerlos al nivel de la tontería, cobardía y suprema maldad, como si se tratara de los personajes de un Comic.

La Decena Trágica, no fue el hecho de armas más grande del conflicto conocido como Revolución Mexicana, pero, por su duración lo podemos catalogar entre los primeros, entre los más complejos, por su desarrollo táctico, político, intrigas, traiciones, e intervención de Naciones extranjeras.

En el relato del día 13, nos quedamos con la duda de quién bombardeo el American Club, acto por demás provocador; la solución sencilla es decir: los Felicistas. Aunque la evidencia apunte a otro lado, entonces se diría: los traidores…

¡Oh es más complejo el asunto!

Se ha dicho que la falta de criterio de los Felicistas era la causa del bombardeo indiscriminado, en el artículo Shrapnel planteamos la idea de la ineficacia del bombardeo Federal por sus carencias en municiones adecuadas, y una intención de crear terror en vez de destrucción efectiva; pero al parecer los Felicistas tenían claros sus blancos... durante el jueves bombardean el área de la Merced, la intención destruir el depósito y molino de pólvora. Bombardean el rumbo de San Lázaro y Santa Anita, los objetivos las estaciones ferroviarias. El 14, azotan la zona del Salto del Agua, Vizcaínas y Regina, como apoyo de una ataque sobre la línea de San Juan de Letrán y Niño Perdido, tan eficientemente que la línea Federal se repliega durante los días 13 y 14 consecutivamente, perdiendo el control efectivo de dicha zona.

En la primera postal de izquierda a derecha, publicada por Miret, tenemos una escena del mercadillo de San Juan, en la calle de San Antonio, antes de la Decena Trágica, dándonos una idea de su entorno. En la central, postal anónima, con el rotulo: "calle de Chanda", el mismo escenario pero después del bombardeo del día 11. En la tercera también postal anónima, los daños incrementados después del día 12, a partir de ese momento los maderistas ya no bombardean éste punto; unos metros más al poniente se encuentra la calle de Pescaditos, máximo avance gubernamental el día 12.

La avanzada Felicista queda en poder de la garita de La Piedad y se hace con el control del tranvía a Tlalpan; alejando los puestos de artillería Sur hacia calles angostas y callejones, pérdida considerable tomando en cuenta que la artillería y tropas del frente Sur, estuvieron a punto de llegar a la Ciudadela el día 11 y 12. Tanto la columna que tomó posesión de la cárcel de Belem, como la que casi rompe la línea en San Antonio, y habían estado causando muchos daños a los Felicistas. Son los únicos que logran desmontar piezas de artillería Felicistas.

Siguiendo por la calle de San Antonio hacia el oriente, llegamos a la plaza de San Juan y el Buen Tono. En la esquina de San Antonio y Marroqui se encontraba el "Gran Cajón de Ropa Nº2". La imagen de la izquierda corresponde a un extracto del film "La Decena Trágica" de los hermanos Alva.

El día 13 los Felicistas recuperan sus posiciones en San Antonio, montando una nueva barricada para controlar la plaza, los daños en la esquina del Cajón de ropa obligan a colocar un apoyo sobre el muro, a fin de evitar su colapso. Desde éste punto se emprende el ataque hacia el cuartel de Peredo la mañana del 14; había que cruzar la plaza y avanzar una cuadra hacia el oriente. En la fotografía de Aurelio Escobar, publicada por "H. J. Gutiérrez", probablemente realizada al final de la decena, muestra un poco de la recuperación de la actividad ciudadana, la barricada ya no se ve, y se van colocando los puestos de los comerciantes, sin embargo el poste de alumbrado es solo un muñón, se adicionaron dos enormes vigas para sostener la esquina del edificio, aumentando los daños de fusil y artillería.

En el frente Poniente, el intento de acercamiento del día 11, terminó con andanada tras andanada de artillería sobre el Reloj Chino, frustrando cualquier intento de avances, quedando las tropas Federales limitadas al Paseo de la Reforma. Los oficiales a cargo, proponen avanzar a través de los edificios, horadándolos y con un fuerte apoyo de artillería. Abajo recreamos una panorámica del reloj Chino, y las dos esquinas de las calles de Atenas y Bucareli, se mira hacia Reforma. Izquierda fotografía de Aurelio Escobar, central Manuel Ramos, derecha postal de A. Escobar.


Pequeño problema... ni siquiera contaban con marros y barretas, hasta que alguien pide prestado el material al guarda bosques de Chapultepec; al comenzar el bombardeo las tropas leales al Maderismo solo contaban con 60 proyectiles torpedo (menos de 5 por cañón), siempre se ha traducido la dilación en el ataque en "traición", sin embargo el día 11, no había condiciones reales de iniciar la ofensiva, la presión de los hermanos Madero, llevo a su Ejército a una mala decisión táctica, por lo menos se requería esperar hasta el día 14, para reunir suficientes municiones y tropas para los bombardeos de apoyo.

Al analizar los registros fotográficos del día 14 sobre los destrozos en Paseo de la Reforma nos salta a la vista dos cosas, la posición de artillería Federal en la estación Colonia ha sido bombardeada constantemente y con eficacia, la estación ferroviaria está prácticamente destruida. Pero la mayor parte de los daños son en la acera oriente de la Reforma…

Fotografía anónima, parte de la fachada de la Estación Colonia, por la luz que se cuela por el techo, apreciamos como casi ha desaparecido.

Paseo de la Reforma tiene un trazo ente 27 y 30 grados en dirección nororiente, esto quiere decir que es muy difícil desde alguna posición Felicista dañar las fachadas de la acera oriente, por el ángulo de incidencia. Para ello se necesita destruir los tejados y entre pisos de las construcciones para luego destruir las fachas desde dentro. Entre las calles de Morelos y Roma prácticamente todos los inmuebles son alcanzados, algunos severamente, pero muchos de los impactos no implican la trayectoria de los proyectiles desde puntos Felicistas...

Inclusive vemos repetidos daños a una altura de los edificios relativamente muy baja, donde los impactos entran desde la calle…

Como muestra un botón, dirían. Fotografía de A. Escobar, editada por "H. J. Gutiérrez", esquina de la calle de Dinamarca con Paseo de la Reforma, en ese cruce se juntan también las calles de Roma y Veracruz. la fachada que vemos da al sur poniente, Dinamarca es perpendicular a Reforma...

Casa de Eusebio Gayoso, fotografía de A. Escobar, publicada por "H. J. Gutiérrez". Sobre la glorieta de Colón, esquina de Reforma y Versalles. En la fachada de Reforma, de la esquina hacia el fondo, junto a la primera ventana hay una clara perforación hecha desde la calle, y en la fachada con vista a Versalles, entre los muchos desperfectos, al extremo izquierdo entre la ventana del primer piso y la del ático, hay tres impactos de cañón que rebotaron, dejaron una marca en forma de cráter pero no perforaron el muro.

Todo proyectil dependiendo del ángulo de incidencia sobre el plano del blanco, llega a un punto donde tiende a rebotar, "ángulo de rebote". El ángulo más efectivo es de 90º sobre el blanco, o perpendicular a éste. Entre más oblicuo sea, menos energía tramite al impacto y menor es el daño, hasta el punto donde simplemente rebota. Por eso las construcciones militares, fortalezas y corazas, son inclinadas a fin de incrementar la protección.

Las baterías avanzadas de la Ciudadela, en Emilio Donde, eran las más aptas para disparar sobre la glorieta de Colón; desde allí se contaban 500 metros y 42º hasta la casa de Gayoso. Mientras que desde la batería federal de la Alameda eran 950 metros y 85º, o desde el Zócalo 2,300 metros y 70º, Salto del agua 1,500 metros 42º, Ayuntamiento 1,300 metros 56º. Cualquier otra posición para atinar la fachada de Versalles se antoja muy improbable (distancias y ángulos aproximados).

Durante uno de los fallidos ataques de Felipe Ángeles, se ven en la necesidad de retirarse hacia el Palacio Legislativo, actualmente monumento a la Revolución, no hay muchos datos sobre el movimiento, pero la calle de Emilio Donde muestra daños en todo su trayecto hasta Bucareli, de la calle de Versalles no hemos localizado material fotográfico. La casa de Gayoso a parte de los impactos de cañón, muestra daños por fusiles o ametralladoras; parte de la tropas de Ángeles se hacen fuertes en la Alberca Pane, inmueble que corre sobre la calle de Atenas y parte en Versalles, casi sobre la glorieta, casi podríamos decir contra esquina de Gayoso.

De haberse establecido los felicistas ahí, eran toda una amenaza, motivo más que suficiente para pedir apoyo de la artillería. No queda duda la artillería Maderista bombardeo las casonas de Paseo de la Reforma acera oriente.

¿Es un motivo táctico el origen de todos los daños?

Podría haber otra sencilla razón: eran las casas de la oligarquía Porfiriana que apoyaba el movimiento Felicista; a diferencia de otros movimientos militares durante el gobierno de Madero, la revolución Felicista en su micro cosmos contaba con un fuerte apoyo económico, con la participación abierta de un sector de la clase media, y del Ejército que había mantenido paradójicamente a Madero en el gobierno.

Felipe Ángeles limpió su conciencia denunciando el sabotaje de las miras de sus cañones, aun siendo verdad, porque no se detuvo la destrucción, se impactaban las casas una y otra vez, incluyendo a la Legación de Bélgica, edificio contiguo a la casa de Gayoso, tampoco se puede imputar la responsabilidad a algún artillero traidor, necesariamente hubo complacencia de los oficiales, o completo desinteres del actuar de la tropa, que es lo mismo…

Ante la hipótesis, resulta lógica la respuesta de los Felicista, con mejor tino por supuesto, bombardean las casas de los señores Madero, Londres y Berlín, y de la familia Garza Guerra, Paseo de la Reforma 99, casas que servía de oficinas a los maderistas desde 1911. Del bombardeo de la casa de los Madero todos lo relatos concuerdan, en cambio no se menciona nunca la casa de los Garza Guerra, y es la evidencia fotográfica lo que nos indica que así fue.


En el caso específico de la casa de los Madero, su destrucción se le ha imputado directamente a Huerta. Enrique Krauze en “Madero Vivo”, publicó una fotografía del interior de la casa de los Madero, dañada por el bombardeo (imagen anterior)… Cuando vemos las fotografías de después del incendio, es evidente que se trata de dos momentos diferentes o de dos lugares distintos, el incendio consumió la totalidad del interior de la vivienda, quedando solo los muros perimetrales.

La fotografía de Aurelio Escobar nos da otro detalle, su rotulo dice: “casa del ex presidente”, por lo tanto asumimos que se rotulo posteriormente a su realización, pero también pone la fecha 11 de febrero…

¿Entonces nos queda la duda, sí es real la fotografía publicada por Krauze, la casa pudo ser bombardeada en dos ocasiones el 11 y el 14, u otra fecha, y ser verdad la versión de que el incendio lo causo el parque acumulado ahí?

Paul J. Vanderwood, escribe un libro dedicado a “Los Rurales Mexicanos”, desde su concepción, creación, y disolución. Y nos narra cómo la policía rural, que se había ganado fama y respeto durante el porfiriato, con el gobierno de Madero se deteriora enormemente, con la decisión de incorporar al ejército Maderista reticente a ser liquidado dentro de los cuerpos de rurales.

Según las palabras de Vanderwood, “para finales de 1911 los 11 mil rurales se convirtieron en una incontrolable masa”, donde cada cuerpo solo respondía a su caudillo, donde no se llevaban registros, la conducta era laxa, eran frecuentes los fraudes al solicitar partidas, el robo de los haberes, uniformes y equipo era la regla. Donde predominaba el alcoholismo, prepotencia y actos de pillaje; siendo los mismos “nuevos rurales” la ralea a la que supuestamente se tenía que combatir.

Muchos de los nuevos Rurales eran criminales que los maderistas habían liberado durante su revolución, y para su ingreso a la corporación no se pedía ningún requisito. Los componentes de la organización de seguridad carecían de espíritu de devoción al servicio, y su lealtad se compraba con dinero, en el ejercicio fiscal de 1911-1912 se ejercieron $3,464,802 pesos y en el de 1912-1913 $6,500,488 pesos en su manutención.

Lo último que podía hacer Francisco I. Madero era confiar en los abultados cuerpos de Rurales, de los 14 cuerpos existentes durante el porfiriato, se llegaron a 70 en la administración de María de la Vega tras la renuncia de Pascual Orozco como inspector de Rurales. Sin embargo se elogia la inflexible lealtad de estos cuerpos hacia el Presidente. Una de las políticas para tratar de mantenerlos bajo control, era traer a la capital a los más problemáticos para tenerlos bajo supervisión, de esa manera llegó el 18/o Cuerpo Rural, antes de la Decena Trágica.

Mismo cuerpo que participa en dos ataques contra la Ciudadela el día 11, o según otras fuentes uno el 11 y otro el 12, donde casi es aniquilado.

Extraído del film de Toscano "Memorias de un Mexicano", vemos a un grupo de Rurales y sus cabalgaduras descansando en la calle Ancha, la arboleda del fondo es la Alameda.

De acuerdo a Vanderwood, Madero logra reunir 900 Rurales, de ellos 450 del 18/o., por lo cual habría que repartir el resto entre 9 Cuerpos Rurales. Una de las iniciativas para reformar los Cuerpos de Rurales tomadas a fines de 1912, era unificarlos con 300 hombres cada uno, pues existían organizaciones con más de mil hombres, y otras con una docena, por supuesto nunca se llevo a cabo.

A pesar de las duras condiciones de los bombardeos y de las carencias que implicó a la población civil, esta se comportó ejemplarmente. Excepción hecha cuando se menciona el día 11: “Al retirarse las tropas de las calles de Nuevo México, algunos rateros aprovecharon la oportunidad para saquear los estanquillos y las misceláneas que existían por ese barrio.”, coincidentemente después del supuesto aniquilamiento del 18/o…

Digo supuesto, porqué los relatos de sesgo Felicista, solo se refieren a los combates y nunca mencionan el aniquilamiento del 18/o, mientras los inclinados a magnificar los errores de Huerta sí lo hacen. Y a la fecha no he localizado imágenes de la matanza...

La disciplina no solo se desquebrajaba dentro de los Rurales, en el ejército maderista cada quien hacía lo que quería, y se culpaba de todo a Victoriano Huerta. Unidades que pasaban de un bando al otro, habían deserciones todos los días no necesariamente para seguir la lucha en otro lado, como el caso del regimiento apostado en San Lázaro que simplemente se escondió, u oficiales que ordenaban ataques, diríamos: "por sus pistolas".

Vanderwood nos recuerda, no existe, un documento o testimonio directo de las ordenes de Huerta: "Además ¿que ódenes le dio al 18/o cuerpo? ¿les dijo a los jinetes que exploraran la posición o que se lanzaran a tomarla?"

Mientras todos los altos oficiales del campo Maderista conocían bien la ciudad de México, la mayor parte de los rurales habían sido reclutados en el norte del país, y no eran militares, eran cuerpos auxiliares. Que si pensaron que era lo mismo que la toma de ciudad Juárez en mayo de 1911 se equivocaron.


El análisis real de las circunstancias tácticas nos lleva hacia lo inverosímil de la decisión de ordenar una carga de caballería. El insensato ataque fue el segundo, por la tarde del día 11 ó 12 de febrero; por lo tanto ya se conocía más o menos la colocación de los puntos fuertes Felicistas, ametralladoras a la altura de la calle de Ayuntamiento, una batería de cañones en San Antonio, más ametralladoras en la Ciudadela, además el jardín Morelos estaba rodeado por una cerca de tela de alambre con postes de unos 2 metros de altura, en las esquinas de la Ciudadela existían garitas, y una reja en las fachadas norte y sur, para proteger las entradas al jardín más artillería, y si no fuera suficiente existía un escape ferroviario con un vagón blindado, probablemente para transportar las municiones desde la fábrica de Santa Fe. Imagen extraída del film de Toscano "Memorias de un Mexicano", se ve el vagón blindado, la alambrada, una de las garitas y la batería frente a San Antonio.

Solo había una solución para avanzar, destruir uno por uno los reductos Felicistas.

El día 12 llegan de Veracruz armas y municiones para Madero, las balas de cañón eran de calibre 37mm, no tenía ninguna arma para ellas, y los fusiles se empiezan a distribuir entre los obreros que desean defender el gobierno…

El Ejército heredado del porfiriato a diferencia de algunas de sus armas, no era moderno, no contaba con un sistema de intendencia, con servicios sanitarios, cocinas de campaña, ni siquiera campamentos móviles. El avituallamiento de víveres era responsabilidad del comandante de cada unidad, y a veces de cada uno de los soldados, teniendo que comprar o requisar sus propios alimentos. Otra de las paradojas, Bernardo Reyes en su corta estancia en la secretaría de Guerra, inicia y platea la modernización del Ejército Federal, por lo cual gana muchos adeptos dentro de la corporación.

Se dice, hubo traición porque los Felicistas lograron introducir víveres a la Ciudadela… los Felicistas gastaron durante la decena trágica $252,373 pesos con 96 centavos, mientras el ejército leal a Madero al día 14 no había comido, para algunos era ayuno de cinco días, de nuevo "traición".

Que el plan general era disparatado, con decisiones fatídicas… la realidad era que cualquier opción diferente a esperar y organizar un contra ataque era disparatado, la mala organización general y paranoia, respondía a la premura e insistencia por atacar.

Los Felicistas iban ganando y bajo las condiciones de los acontecimientos, no había manera de revertir el derrotero sino con la "traición".

Francisco I. Madero necesitaba un Ejército que simplemente no tenía. Se negó a aceptar la ayuda de Venustiano Carranza, a caso desconfiaba de su ejército particular, o de que era un político de corte Reyista. (Se puede leer el interesante artículo de Luis Barrón: Venustiano Carranza un político porfiriano en la Revolución)

La revolución Felicista era la más grande amenaza para el régimen Maderista hasta el momento, así finalmente lo reconocieron, el 14 de febrero de 1913, los revolucionarios estaban a punto de lograr su objetivo, pero porqué escucharon el canto de las sirenas, permaneciendo inmóviles mientras eran arrojados a las rocas, esa es otra historia...

El golpe de estado de Victoriano Huerta no fue el triunfo de la Revolución Felicista.

También se puede leer:

Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
La Decena Trágica. Antecedentes. La "H. J,. Gutiérrez" previo a la decena.
La Decena Trágica. Los fotógrafos.
La Decena trágica. La cámara anónima.
La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".

LOS HECHOS:

Domingo 9
Santiago Tlaltelolco.
Lunes 10
Martes 11
Miércoles 12
Jueves 13
Viernes 14
Sábado 15
Domingo 16
Lunes 17
Martes 18
Miércoles 19
Jueves 20

Sábado 15.


Publicado por Arturo Guevara Escobar en

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Página en construcción, próximamente se adicionaran imágenes, planos e información adicional.

Los senadores que la noche anterior concurrieron a la junta celebrada en la casa del Sr. don Sebastián Camacho se reunieron a las nueve de la mañana en el local de la Cámara de Diputados, con fin de discutir la situación.

El Sr. Senador Diego Fernández era uno de los más exaltados. —Señores, dijo, no tenemos tiempo para deliberar; hay que obrar inmediatamente. Y el anciano jurisconsulto, que tanto se había distinguido por su maderismo agudo, propuso que los Senadores que concurrieron a la junta anterior fueran al Palacio Nacional y pidieran, en nombre de la Patria, su renuncia a los señores Madero y Pino Suárez.

Aprobada la iniciativa, salieron en comisión los señores Senadores Camacho y Obregón y al llegar a Palacio se les dijo que el Sr Madero no podía recibirle. La comisión pudo, sin embargo, hablar con al Sr. Ernesto Madero, quien les manifestó que no había por de pronto ningún peligro de intervención a pesar de los informes, del señor Lascurain en sentido contrario.

Parece que al grupo gobiernista que en los últimos momentos rodeaba al señor Madero, trabajó sin descanso par nulificar todas las gestiones que se hacían en favor de la paz, inclinando el ánimo del Presidente a continuar la resistencia, sin importarles la tremenda tempestad que en esos momentos se cernía sobre el país.

Entre estos elementos intransigentes se singularizaron según se dice, los Sres. Magaloni y Salvador Gómez, el llamado senador salvaje, quienes aducían que la renuncia de los Sres. Madero y Pino Suarez en vez de conjurar el peligro inminente de la intervención, solo serviría para provocar nuevos levantamientos en los Estados de Nuevo León, Tabasco, Campeche, San Luis Potosí y Yucatán.

Indignados por el desaire los Senadores se retiraron para continuar sus gestiones cerca del Sr. Gral. Huerta en cuyas manos se encontraba en esos momentos solemnes la suerte de la República.

El combate continuó todo el día y parte de la noche sin ventaja aparente para ninguno de los dos bandos. A cada ataque de los federales contestaban los felicistas con una granizada de balas que hacia retroceder a los soldados. La posición parecía inexpugnable y la tenacidad del gobierno solo conseguía aumentar el número de víctimas.

En la noche se pactó una tregua de 24 horas que deberá empezar a las 2 de la mañana; y la población desesperada por tantos días de forzosa reclusión, salió el domingo a recorrer las calles, ansiosa de ver de cerca los estragos causados por la lucha.


La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.

También se puede leer:

Shrapnel.
El horror. Cremación de cuerpos en la vía pública.
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La Decena Trágica. La competencia.
La Decena Trágica. Gutiérrez-Retes.
La Decena Trágica. Tarjetas conmemorativas I. Serie editada por la American Book & Printing Co.
Decena Trágica. Daguerre o Escobar.
Decena Trágica. H. J. Gutiérrez. Serie de 63 fotografías.
"H. J. Gutiérrez", la Decena Trágica. Análisis de la serie fotográfica de la "H. J. Gutiérrez".

LOS HECHOS:

Domingo 9
Santiago Tlaltelolco.
Lunes 10
Martes 11
Miércoles 12
Jueves 13
Viernes 14
Sábado 15
Domingo 16
Lunes 17
Martes 18
Miércoles 19
Jueves 20

Domingo 16.


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Una inmensa multitud discurría por la zona inmediata a la Ciudadela. Los soldados ocupaban sus puestos avanzados. Con el arma al brazo, silenciosos, tranquilos, veían desfilar a los curiosos.
—Cerca, separados únicamente por una cuadra, estaban las avanzadas felicistas. Grupos de transeúntes se arremolinaban en torno de los soldados y cadetes, preguntándoles detalles de lo ocurrido en la Ciudadela.
—Un joven aspirante apostado en el crucero de las calles de Balderas y Nuevo México, exageraba sonriendo alegremente: — ¿Tomar la Ciudadela ? Cuando la rana críe pelos. —Tenemos en ella ocho mil hombre .........

Fotografía de autor desconocido, pero podría tratarse de una imagen de Manuel Ramos, calle de Balderas cruce con Nuevo México. Mientras algunos de los paseantes notan la presencia del fotógrafo, y aprovechan para dar su mejor pose, otros continúan en su atento paseo. Unos se detiene ante los muros claveteados de balas, mirando a lo alto, una niña guiada seguramente por su madre mantiene la vista hacia atrás, ¿qué le llama la atención? Un hombre de traje en medio de la concurrencia tomando notas en una libreta...

En algunas partes, sobre el asfalto, en medio de la calle, ardían los cadáveres empapados en petróleo de los que habían sucumbido en la última refriega. Los curiosos se detenían horrorizados, ante estas hogueras humanas con que el Sr. Madero rindió culto en sus últimos días al tremendo Moloch de la legalidad.

Postal anónima, "cuerpo quemado", en el extremo izquierdo en inglés se lee: " burning the dead Mexico". Aunque se menciona al petróleo como materia ignitiva, en muchas de las fotografías relativas a este acontecimiento vemos los rastros de madera, en algunas abundantemente.

Aun no se llegaba a las carnicerías de la Primera Guerra Mundial, y los acontecimientos de la Decena Trágica impactaban profundamente a propios y extraños. En una postal publicada por "W. F. Carnaty Moscow" aparecen los cuerpos siendo quemados en la vía pública, "Cadáveres incinerados en las calles de Balderas" se lee en español, para incrementar el dramatismo se retoca la imagen, agregando el efecto de las llamas. Notemos que es el único texto en español, el nombre del editor aparece en inglés y ruso, el resto de la información de nuevo en ruso y francés, la postal se envió desde Kiev, Rusia a la capital de Francia, París.

Podemos encontrar más material gráfico sobre el tema en la siguiente liga: “El horror…”.


Cerca de las dos de la tarde, y cuando la animación era mayor, empezaron a circular rumores de que se reanudaría la lucha antes de que concluyera el armisticio, y los más prudentes regresaron apresuradamente a sus casas.

Como a las 2 y 20 se dejaron oír algunos disparos y después el siniestro crepitar de una ametralladora. Los rezagados en las inmediaciones de la Ciudadela huyeron a toda carrera.

¿Quién rompió el armisticio?

El Gobierno, para disculparse, hizo publicar en una hoja suelta el siguiente parte escrito por el Capitán Montes:

“Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de Ud. que encontrándome en la esquina de las calles de Victoria y Ancha, desempeñando una comisión del Sr. Presidente de la República, cerca del Teniente Coronel Eduardo Ocaranza, vi por indicación del Sargento Jefe de una pieza instalada en la esquina, la maniobra que los soldados rebeldes hacían para instalar una pieza de artillería en la esquina de las calles Balderas y Victoria; así mismo observé que los soldados felicistas dispararon los primeros sobre las fuerzas leales, al estar haciendo la maniobra indicada. Como a la hora que sucede esto, que son la dos y treinta, está vigente el armisticio pactado con dichos rebeldes, procedo a darle este parte, a fin de que llegue a su superior conocimiento.

Hago constar que la pieza a que me refiero fue instalada, por no haber querido las tropas leales violar el armisticio pactado, y, si dichas tropas contestaron el fuego de los rebeldes, fue hasta después que estos mataron a dos artilleros pertenecientes a la pieza que con anterioridad estaba instalada en la esquina de la calle a que me he referido primero.

Tengo el honor, mí General, de hacer a usted presente mi subordinación y respeto.
Libertad y Constitici6n, México 16 de febrero de 1913.

Capitán Federico C. Montes.”

Los felicistas echaron, por su parte, la culpa a las tropas del Gobierno.

Se dijo a este respecto, que los defensores del Sr. Madero trataron de emplazar una batería al abrigo de la avalancha de curiosos que se aglomeraban en las principales líneas de fuego y que a esto se debió que los sublevados no respetaran la tregua.

Según otra versión, un grupo de rurales y otro de felicistas que se hallaban muy cerca, comenzaron a cambiar palabras injuriosas y ya encolerizados echaron mano a sus armas y concluyeron a tiros, sin cuidarse del peligro que pudieran correr los neutrales.
Roto el fuego, continuó sin interrupción hasta la media noche.


Hay inconsistencias en la declaración del Capitán Montes, él menciona que estando en la esquina de Ancha y Victoria, presenció los hechos, junto a una pieza de artillería y su dotación. Desde el día 11 en la zona está actuando una sección de artillería de forma flotante, una sección son 2 cañones, cada uno de forma independiente, uno inició su periplo en la esquina de Anchas y Nuevo México, para luego ser abandonado, recuperado trasladado al jardín Degollado, de nuevo movido a la calle de Revillagigedo, actuando sobre esta a la altura de Juárez y luego en Victoria. Al parecer por la evidencia fotográfica el día 16 de febrero estaba en la esquina de Revillagigedo y Victoria. La panorámica superior armada con escenas extraídas del film “Memorias de un Mexicano” de Toscano, podemos apreciar la calle de Revillagigedo desde Victoria hasta Juárez, con la multitud agrupada en Nuevo México, la secuencia se tomo durante la tarde ente la una y dos P.M. En la fotografía de autor anónimo y publicada por “Bain News Service” tenemos la misma escena pero durante la mañana, entre 11 y 12.


La otra pieza de artillería se colocó inicialmente en la calle de Victoria y Dolores, en diversos movimientos a lo largo de los días se intentó llevarla hasta Balderas, actuando siempre a diferentes alturas de las calles de Victoria. Sí los Felicistas intentaban colocar un cañón en Balderas y Victoria quien la avistaría primero y tendría opción de disparar sería desde aquí; mientras el puesto de Revillagigedo permanece ciego. Al mismo tiempo la evidencia fotográfica indica que la pieza de Revillagigedo permaneció ahí el día 16 hasta pasadas las dos… En una fotografía de Osuna “78. Campamento federal en las calles Anchas”, vemos como la muchedumbre se mantiene agrupada sobre Independencia, y no encontramos artillería, en esa esquina para el día 16 encontramos una ametralladora.

Jesús Monjarás Ruiz, en su trabajo “La Decena Trágica: una versión periodística Alemana”, publica el siguiente dato:

"A las dos de la mañana los rebeldes arrastraron una batería varias calles y la emplazaron en la calle de Independencia. Con ella bombardearon a la batería de los federales colocada cerca de la iglesia de San Diego, junto al edificio del Mexican Herald. La puntería de los rebeldes es sorprendente."

De la edición del medio día del Kölnische Zeitung, n. 173, el 14 de febrero de 1913. Como muchos de los datos periodísticos puede o no ser verdad; inicialmente la avanzada felicista, controla por medio de nidos de ametralladoras Balderas y Morelos, y con su artillería desde Balderas y San Antonio, no hay evidencia fotográfica de cañones a la altura de Independencia, pero para el día 16 hay una nueva trinchera con artillería sobre Balderas pasando Emilio Dondé.

Otro dato importante es como para el día 16, el puesto federal de la rinconada de San Diego ya no existía, los federales no contaban con ningún punto para tiro directo sobre los felicistas. Las crónicas de los días subsiguientes no mencionan artillería en Balderas e Independencia, o Balderas y Victoria, que de haber sido así, hubieran impedido definitivamente los intentos federales por llegar al edificio de la Asociación Cristiana de Jóvenes, y hubieran ocasionado una masacre al disparar sobre cualquiera de dichas calles, hecho que no ocurrió…



EL SR. GENERAL FELIX DIAZ.

Algunas personas pudieron ver ese día al Sr. Gral. Félix Díaz estaba, tranquilo y confiado en el triunfo. A propósito de unas hojas anónimas que habían circulado la víspera, dictó a uno de sus ayudantes la siguiente protesta:

AL PUEBLO MEXICANO.

Ha llegado a mi conocimiento que han circulado anónimos de procedencia maderista, en que se dice que yo prefiero la intervención extranjera antes que se salve el gobierno maderista.

Soy patriota de convicción y de abolengo, cualidades que no tienen mis cobardes detractores que se ocultan tras el anónimo. El pueblo mexicano, por quien son todo mis esfuerzos, sabe que soy incapaz de anteponer nada a mi patriotismo.

Firmado: Félix Díaz.

Cuartel General del Ejército Revolucionario en la Ciudadela, febrero
16 de 1913."

El Jefe Revolucionario recibió con la misma fecha, por conductos ignorados, los siguientes mensajes:

“Nueva York. 10 de febrero. —Agradezcole contestación. Hoy publico sus telegramas. Trabajo activamente evitar intervención, —Firmado: Heriberto Barrón.”

“Paris, 11 de febrero ,—Prensa francesa reunida simpatiza con su causa. Adelante.”

“Chicago, 13 de febrero. —Ofrézcole tres millones dólares en simpatía causa. Suficiente garantía su actitud ejecutiva. Firmado: William Carper.”

El Sr. Gral. Félix Díaz hizo contestar a este sindicato de banqueros que la revolución contaba con fondos mexicanos y rehusaba, agradeciéndole, el espontaneo ofrecimiento, que su patriotismo le vedaba aceptar.

MENSAJE AMENAZANTE.

El día 14 habían dirigido el Sr. Madero un mensaje suplicatorio al Presidente Taft. A pesar de su enfermizo optimismo llego a temer que el Gobierno americano, en vista de los graves acontecimiento que se desaprobaban en la Capital, pensara en medidas extremas, y pidió algunos días de espera, ofreciendo, como siempre restablecer en breve la paz.

El Presidente Taft contestó el día 16 con el siguiente mensaje, en que al través del suave y cortés lenguaje diplomático se advierte la gravedad de las intenciones que animaban en aquellos días al Gobierno americano.

“Washington, 16 do febrero de 1913.

A su Excelencia Francisco I. Madero, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos — México.

Por el texto del mensaje de su Excelencia que recibí el día 14, se desprende que ha sido mal informado respeto de la política de los Estados Unidos hacia México, la que por dos años ha sido uniforme, así como también respecto a las medidas navales o de cualquiera otra índole que hasta aquí se han tomado, medidas que son de precaución natural, y ya el Embajador me telegrafió que cuando usted fue bastante bondadoso para mostrarle un telegrama a mí dirigido, hizo notar a usted este hecho.

En consecuencia, su Excelencia debe estar advertido de que los informes que se dice han llegado a usted, relativos a que ye se han dado órdenes para desembarcar fuerzas, han sido inexactos. Sin embargo, el Embajador, que está plenamente informado, ha recibido instrucciones para proporcionar a usted los informes que desee.

Juzgo innecesarias nuevas seguridades de amistad a México, después de dos años de paciencia y buena voluntad.

En consideración a la especial amistad y a las relaciones existentes entre ambos países, no puedo llamar lo bastante su atención a su Excelencia sobre la vital importancia del pronto restablecimiento de esa paz real y orden que este gobierno ha esperado ver establecido, ya porque los ciudadanos americanos y sus propiedades tienen que ser protegidos y respetados, cuanto porque esta nación simpatiza profundamente con las aflicciones del pueblo mexicano.

Recíprocamente a la ansiedad manifiesta en el menaje de su Excelencia, creo de mi deber añadir sinceramente y sin reserva, que el curso de los acontecimientos durante los últimos años, y que hoy culmina en una situación muy peligrosa, crean en este país un pesimismo extremo y la convicción de que el deber imperioso de estos momentos está en aliviar pronto la actual situación
William H. Taft.”


La decena Trágica en México, Datos verídicos tomados en el mismo teatro de los sucesos por un escritor metropolitano. Edición de “El Obrero”, León Gto., 1913.

En cursivas notas de A. Guevara.

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Parte detallado de los acontecimientos ocurridos el 16 de febrero, en el Campamento de la Tlaxpana.

Días antes de la fecha señalada, con un sigilo digno de mejor causa, los entonces capitanes 2/os. Juan F. Barrios y Luis G. Estrada, comenzaron a buscar adeptos entre los Oficiales más bisoños, para cometer el delito de deslealtad al Supremo Gobierno, únicamente tres de los veintitantos con que contaba el Cuerpo se unieron a su idea, siendo estos el Teniente Fidel Melgarejo, Subtenientes Juan E. Cortéz y Alberto Negrete, todos jóvenes y faltos de experiencia, lo que ocasionó su yerro; ya convenidos, los hicieron de Jefes del movimiento aprovechando la oportunidad de que el Batallón se encontraba acampado a lo largo de la Calzada de los “Gallos”, partiendo de la Tlaxpana, en cuya entrada se encontraba de guardia en prevención uno de los comprometidos, así como de que el entonces Jefe del expresado, C. General Aureliano Blanquet, dormía en un portal a la izquierda de la Guardia, siendo el sueño de dicho Jefe algo pesado por las muchas fatigas del día anterior y po9r haberse desvelado trabajando hasta la una de la mañana del día de los hechos, por lo que comprendiendo los Oficiales aludidos que era el momento oportuno de abandonar el Campamento, levantaron a la fuerza engañándola con que el C. General en Jefe se encontraba prisionero y querían liberarlo; ante tal aseveración toda la tropa se puso en pié, dispuesta al sacrificio con tal de salvar a su Jefe, al que siempre la condujo a la victoria; recordando muchos de ellos las gloriosas jornadas de Tepeojuma, Matamoros, Izucar, Puebla, Rellano, Avilés, Los Sabinos, Rancho de Monterrey y tantos otros de que volvieron cubiertos de gloria, con esos recuerdos no podían vacilar un solo momento; era necesario volver la libertad a su querido y valiente Jefe, así como castigar a los culpables, por lo que sin decir una palabra, violentamente se formó la tropa, armada y municionada convenientemente, y bajo la órdenes de los mencionados Capitanes desfiló en silencio, atravesando la Colonia de Santa María de la Ribera, siguiendo por las calles de la Colonia, Buenavista y Mina hasta llegar al jardín de San Fernando, en cuyo parque el Capitán Barrios, excitado por el alcohol y creyéndose dueño de la voluntad de la tropa, pronunció discursos subversivos y, en una palabra, puso de manifiesto que no había tal prisión del C. General, sino que por el contrario, se trataba de traicionarlo: descubierto esto por la tropa casi en maza abandonó a sus engañadores y sola, sin un oficial se fue presentando en grupos al Campamento, lanzando vivas a su General y explicando todos de igual manera lo que había sucedido.

Mientras tanto en el Campamento del Capitán de Cuartel, al dar su vuelta en la Calzada, notó la desaparición de la fuerza y dio parte inmediatamente al Jefe del Día y al C. General, quién desde luego se dirigió por la Calzada con su Corneta de ordenes tocando “media vuelta”, lo que dio poco resultados pues solo los que iban hasta atrás se dieron cuenta del toque y regresaron explicando que dudaban si debían marchar, pero cuando se enteraron de que se trataba de salvar a su General, violentamente se alistaron y procuraron incorporarse, siendo esta la causa de que se tardaran y por tanto, de que oyeran el toque. Media hora después empezó a llegar el grueso de la fuerza que abandonó en San Fernando a los instigadores del movimiento, los que solo lograron llevarse, a viva fuerza, cuarenta soldados, debiendo hacer notar que de ellos Domingo ramos, que fue puesto de centinela en la Ciudadela, abandonó el puesto en un momento oportuno y se presentó al Campamento cerca de la seis de la mañana, siendo el último en verificarlo.

Coronel Felipe R. Díaz

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