Los fotógrafos de la Revolución y el medio tono.


Publicado por Arturo Guevara Escobar en

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Con este sugestivo título mezclamos dos conceptos, “Revolución” y “Medio tono”.

Cronológicamente la revolución gráfica del medio tono, se conjunta con los violentos procesos políticos de principios del siglo XX y el surgimiento del fotoperiodismo; la guerra Ruso Japonesa, la guerra de los Boers, la guerra Hispano-norteamericana, etc.

En especial el conocido como la Revolución Mexicana, si bien no fue el primer conflicto sociopolítico fotografiado por fotorreporteros, la cobertura por parte de los medios de difusión impresa y el uso intensivo de la fotografía, le dio un carácter de vanguardia.



La práctica de ilustrar textos con la ayuda de fotografías se vio posibilitada con las innovaciones fotográficas ocurridas entre 1880 y 1897. Antes de ello solo se disponía de dos opciones: de los grabados o de las litografías, con las limitantes de los costos, tiempo de desarrollo, y muchas veces lo alejado de la realidad en su resultado.

El primer intento por presentar una realidad visual confiable en los diarios, se dio usando fotografías sobre las cuales se hacían copias por medio de grabados.






Se considera a Carol Szathmari el primer fotorreportero, durante el transcurso de la Guerra de Crimea 1853-1856, realizó álbumes para las casas reales de Europa para mantenerlos informados. Algunas de esas fotografías se reprodujeron como grabados en el diario londinense Illustrated London News. Poco después vemos un caso similar con Mathew Brady y la Guerra Civil Norteamericana.

La fecha clave de la industria editorial se da el 4 de Marzo de 1880, cuando en las páginas del The Daily Graphic de Nueva York aparece la primera reproducción fotográfica por medio de la técnica del medio tono. Su impacto no fue contundente en el principio, por la falta de nitidez de las imágenes producidas por este método y a la lentitud para su impresión. Diez y siete años más tarde era posible imprimir reproducciones de medio tono en las prensas editoriales a toda velocidad.

Aun pasarían otros 30 años para desbancar a los grabados de los diarios definitivamente.

El medio tono como técnica de fotoreproducción tendría una gran influencia desde dos frentes, los diarios y revistas, y la comercialización de tarjetas postales. En ambos casos influiría determinantemente en como los fotógrafos debían realizar su trabajo, para ser compatible con la nueva técnica.

El medio tono es un proceso óptico donde una fotografía, o imagen de tono continuo, se descompone en configuraciones de puntos de tamaño variable. En un principio el delicado proceso incumbía a los mismos fotógrafos, y poco a poco con un mejor conocimiento de la técnica y de la producción de insumos en exprofeso, nació una especialización fuera de la fotografía propiamente dicha.



La carrera tecnológica entre el medio tono y la industria fotográfica, traería como consecuencia las directrices de como se debían realizar las fotografías por los fotorreporteros.

En un principio se eligió el formato 8x10, por dos razones fundamentales. La primera de índole estética, recrear una imagen fotográfica lo más cercana a la forma de percibir la realidad por medio de la vista. La segunda, el proceso del medio tono requería de una fotografía técnicamente perfecta, nítida, contrastada, con buen balance de las áreas claras y oscuras, y de un tamaño razonable.

Ambos principios los analizaremos con más detalle a continuación.


La fotografía y sus antecedentes tienen la premisa de atrapar la realidad visible y plasmarla sobre un plano tangible, placa metálica, vidrio, celuloide, papel o pantalla de cristal; con la creencia de ser un reflejo de la realidad perceptible por nuestra vista.

Falso…

La realidad de entrada es aquella que nuestros sentidos nos permiten apreciar, y en cuanto a la visión, como seres humanos contamos con un sistema óptico estereoscópico con una visión periférica, general y enfoque, recreada por medio de nuestro cerebro.

El ser humano de manera instintiva tiende a apreciar lo que llamamos estético, bonito, agradable. Por lo tanto lo más cercano a nuestra manera de percibir el mundo visible, lo calificaremos como correcto, estético, bonito, agradable.

Cuantas veces al tomar una fotografía nos preguntamos, ¿porqué los cuadrados aparecen con forma de trapecio, porqué la personas se ven cabezonas, porqué las fotografías no nos gustan?

Esto se debe a la distorsión de las líneas por parte de los lentes, problema por resolver en la fabricación de todos los lentes. La mejor combinación técnica cuando se desarrolla el proceso del medio tono se da con el formato 8x10 y sus lentes luminosos de buena calidad. (En la Enciclopedia del Fotógrafo Aficionado se desarrolla más ampliamente el tema.)



1. Litografía de Casimiro Castro, del Álbum México y sus alrededores. Se trata de un dibujo siguiendo el método de perspectiva con un solo punto de fuga, bien logrado manteniendo el sentido de las proporciones.
2. Impresión fotomecánica, Hugo Brehme, años veintes. Hay una correcta visión de las verticales, y se trata de atenuar el efecto de dos puntos de fuga, creando un cuadrado óptico a la izquierda en proporción áurea del área restante, dividiendo visualmente la imagen en dos en la horizontal dándole un completo equilibrio.
3. Postal fotográfica, Félix Miret, 1908. Aunque es casi la misma posición visual de Brehme, no se logra equilibrar la fuga con dos puntos, creándose una curvatura hacia la izquierda, problema similar encontramos en las verticales donde se sobre corrige, creando un efecto donde el edificio se abre hacia arriba.
4. postal años treinta, anónimo. Mismo problema de Miret, aunque al colocarse el observador sobre la banqueta, da la idea de que los edificios se vuelcan sobre ella.
5. fotografía actual, anónima de uso en la Web. El fotógrafo uso un lente gran angular para solucionar el problema de la corta distancia al sujeto, provocando la curvatura de las verticales y horizontales, lo que se conoce como distorsión esférica.

A su mejor parecer Yo voto por Brehme...



Ahora pasemos a las necesidades del medio tono. La impresión en medio tono es básicamente una impresión en un solo color, negro, por medio de puntos de diferentes tamaños y densidad de saturación en un área dada, creando la ilusión óptica de formar una imagen.

La variante del tamaño de los puntos es dada por el grado de luminosidad, u opacidad de las áreas del negativo proyectado. No por el tamaño del negativo se obtienen puntos más grandes, ni más pequeños.

La esencia del proceso es el siguiente; un negativo es proyectado, como si se tratara de una diapositiva o una cinta cinematográfica, a través de una malla e impresa en otro negativo como si sacáramos una nueva fotografía.

La malla está compuesta de dos cristales, en cada uno hay un rayado de material opaco, entre 50 y 85 líneas por pulgada para impresiones en periódicos; de 100 a 120 para revistas; y de 120 a 150 para impresiones de alta calidad. Los cristales se colocan de manera de crear un entramado, y cuando la luz pasa de la fuente atravesando el negativo se modula en intensidad, al cruzar de nuevo por la malla la luz se recompone formando círculos concéntricos en el área expuesta de la placa fotosensible. Una vez expuesta correctamente la placa se intensifica la impresión para convertir los círculos concéntricos en puntos.

Revelada y fijada la placa se obtiene un negativo en medio tono, con el se imprime sobre una placa de zinc o cobre sensibilizada para el fotograbado una versión invertida, revelada la placa quedarán áreas expuestas del metal que pueden ser atacadas por una solución ácida, se continua con el grabado, si todo se realiza correctamente se obtiene una placa de impresión. (Una descripción más detallada del proceso aparecerá en la sección La Enciclopedia del Fotógrafo Aficionado)

La resolución (LPI) de la imagen obtenida, no necesariamente corresponde al tamaño del punto impreso sobre el papel. Si tenemos un negativo fotográfico original 8x10, y sacamos un negativo en medio tono de él a escala 1:1, 8x10, al imprimirlo sobre el papel en tamaño 8x10, la imagen sería de buena calidad; pero si sacamos una reducción 4x5 para la placa metálica, los puntos generados por el proceso del medio tono serían de la mitad del tamaño, mismo número de líneas en un área más pequeña; la ilusión óptica generada por esta impresión sería de mejor calidad. En el catalogo de Scovill & Adams Co. de 1895, la malla para medio tono más pequeña es la 8x10, llegando hasta 20x24.

Solo con la llegada de buenas cámaras de medio formato se pudo prescindir del formato 8x10, cuando un formato 5x7 o 4x5 al ampliarse a 8x10 o mayor igualaba su calidad.



Cámara de copiado y chasis para medio tono de Scovill 1895.

Para el comienzo de la Revolución Mexicana, 1911, al contrario de lo que muchos piensan son pocos los fotógrafos dedicados al fotoperiodismo que siguen usando cámaras 8x10, y a lo largo del conflicto las irán cambiando por formatos menores. En estos fotógrafos será más su resistencia al cambio que la necesidad real del estado de la tecnología lo que los impulse.

No siempre se cumplen los ideales, y por causa de la premura en el tiempo, la ausencia de capacidades en los operarios, o a falta de fotografías de mejor calidad, muchas veces se imprimirán imágenes en medio tono donde apenas se logra distinguir su contenido.

Para los productores de tarjetas postales, implicará el medio tono la posibilidad de imprimir grandes tirajes a poco costo, dejando de lado a la litografía, pero también traería un declinar de la calidad en las tarjetas postales.

Un buen operario en el medio tono podía y muchas veces debía prepara una placa de un día para el otro, no decir de los diarios que usan un número variado de imágenes en medio tono. Dando pie al surgimiento de una industria paralela a la editorial, para proveer de suficientes imágenes en calidad y tiempo. No siempre los diarios o revistas contaban con un taller de fotograbado propio; y a un fotograbador en conjunción con el fotorreportero, le daba la posibilidad de comercializar material totalmente procesado.

Esto nos haría pensar si un fotograbador podía tener influencia directa dentro de la línea editorial de un medio...

Ángel Ortiz Monasterio, Comodoro de la armada nacional mexicana, se dedicó como hombre de negocios a la fotografía, fotograbado y la fototipia, en 1889 se le atribuye el haber introducido la técnica del medio tono en México, siendo el formador de varios técnicos en la materia. En 1892 se anuncia como taller de Fotograbado y fototipia en la calle de Canoa 7. Son pocos los casos conocidos de fotografía con la marca comercial de Monasterio, al contrario de las muestras de sus fotograbados, adquiriendo él un reconocimiento por parte de los editores antes que los fotógrafos que creaban las imágenes.

Otro caso de empresario es el de Ezequiel Álvarez Tostado, fotógrafo-grabador de vocación. Como aprendiz ingreso al estudio fotográfico de Ignacio Gómez Gallardo en la ciudad de Guadalajara, y ahí mismo en 1900 inauguró su propio estudio. Al parecer con pocos resultados y con algunos años de trabajo itinerante se asienta en la capital en 1905 para trabajar como operador de “cámaras” en la Droguería la Profesa.

El diario El Imparcial le da acogida en su taller de fotograbado en 1907, Artes y Letras y El Mundo Ilustrado, fueron los medios que le dieron cabida en 1909; según sus biógrafos Héctor Yliescas y Ezequiel Álvarez Nuño su trabajo como fotorreportero antecede al de Agustín V. Casasola.

Años después gracias al apoyo de Alfredo Chavero director de la cadena de El Imparcial, funda la Compañía Periodística Nacional, 1913, con las colaboraciones de José María Cuéllar, Miguel Langárica, Alberto Garduño, Ricardo Cabrera y Abraham Lupercio; a diferencia de Casasola como agencia fotográfica podía ofrecer productos listos para la imprenta.

1916, por medio de una sociedad funda su propio taller: Tostado Grabador, en la calle de Magnolia nº 141, colonia Guerrero, convirtiéndose en una gran empresa con amplias instalaciones y moderna maquinaria, inauguradas en 1924 en Mina nº 150 esquina Guerrero. La prosperidad de Tostado y su sentido de justicia lo harían tomar la decisión de transformar su negocio en cooperativa en 1931, lo cual nos da una idea de la longevidad laboral de sus iniciativas.

El edificio de Tostado Grabador, también amerita su conservación por su valor arquitectónico, en la actualidad abandonado. Foto: Arturo Guevara E, 2009.

La Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo en 1928 la considera entre las mejores empresas en su ramo de toda la república mexicana. Ezequiel A. Tostado, ejercerá su influencia como fotograbador, dirigiendo el área de grabado en El Pueblo, el Departamento de grabado e imprenta del Museo Nacional , o en Revista de Revistas.

Por otra parte los hermanos Garduño, Alberto, Antonio y Alfonso, dedicarían su vida a las artes gráficas. Los tres fueron sobresalientes alumnos de la Academia de San Carlos; Antonio haría un relevante trabajo en la fotografía de prensa, no olvidar su faceta como pintor y periodista, Alfonso como caricaturista, y Alberto se dedicó a la reproducción fotomecánica de manera sobresaliente en el taller Tostado Grabador, sus capacidades no fueron de un simple técnico, era lo que actualmente llamaríamos un diseñador gráfico, con amplias dotes de dibujante.

Hasta aquí hemos mencionado dos nombres que ameritan más atención, Ezequiel Álvarez Tostado y Antonio Garduño. Ambos fueron miembros de la directiva de la Sociedad de Fotógrafos de la Prensa, y miembros fundadores de ella en 1911.

Otro de los miembros de la directiva de la Sociedad fue: Agustín V. Casasola quien en sociedad con un fotograbador de nombre David Kampfner en 1906 mantenía el Taller de Fotograbado Kampfner y Casasola, 1ª de Providencia nº 6, desde donde participaron junto al fotógrafo H. Lupercio en la revista de arte Savia Moderna. Por último Heliodoro J. Gutiérrez, de quien también hay indicios de su participación en la industria del fotograbado, aunque no exitosamente, y su intento editorial con la revista Viajeros y Turistas. Esto nos da un patrón en la naciente industria del fotorreportaje en México; por obtener un control sobre las tres vertientes de su manejo: Fotografía, Medio tono, y Asociación gremial.

Izquierda: Ezequiel Álvarez Tostado. Centro: Agustín V. Casasola. Derecha: Antonio Garduño.
Reproducciones en medio tono, La Semana Ilustrada 1912.

El primer presidente de la Sociedad de Fotógrafos de la Prensa fue Agustín V. Casasola, con Ezequiel A. Tostado como secretario y Antonio Garduño como tesorero.

La segunda directiva la conformó como presidente Tostado, E. Sotomayor como secretario y Miguel Uribe de tesorero.

En la tercera mesa directiva el presidente fue Heliodoro J. Gutiérrez, quien hasta entonces no había sido considerado en la Asociación.

Dentro de la gestión de Tostado en junio de 1913 da inicio a una serie de conferencias, la primera titulada: Historia y evolución de la fotografía hasta la positiva en papel, impartida por J. M. Cuéllar, dentro de las instalaciones del estudio Marst, propiedad de H. J. Gutiérrez; he aquí a los tres grupos dominantes representados…

El estudio en profundidad del conflicto interno de los miembros de la Sociedad de Fotógrafos de la Prensa durante la Revolución Mexicana, por el control del gremio, el control que de la técnica del medio tono emanaba, y su quehacer propio de fotorreporteros, es un capítulo obscuro en el que hay mucho por descubrir.

Hay otros talleres dentro del marco histórico, fotógrafos y técnicos dedicados al fotograbado. Algunos renombrados son: Llano y Compañia, Artes y Letras, El Mundo, Talleres de fotograbado RM, Marcial Ibarra, E.I.M. Porfirio Díaz, etc.

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