Premios del CMCH 2021


Publicado por Arturo Guevara Escobar

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   El 20 de Noviembre del  2008 se iniciaron las publicaciones en la plataforma digital Blogger del proyecto “Fotógrafos de la Revolución”, mismo que con el tiempo fue adquiriendo diferentes secciones tratando temas sobre fotografía y tarjetas postales, a la fecha 14 de Marzo del 2022 ha acumulado 176 entradas en 5 apartados, 268,507 visitas individuales, 405,103 páginas vistas, etc., es el fin de un ciclo y exceptuando el directorio de tarjetas postales dejaré de publicar; se ha cumplido el cometido y les quiero compartir de que se ha tratado. Algunos de los lectores sabrán que soy nieto del fotógrafo Aurelio Escobar Castellanos, en el año 1995 colaboré junto con mi madre María Josefina Escobar Vélez y mi hermano el Licenciado Augusto Guevara Escobar en el proceso de donación e incorporación de una acervo fotográfico básicamente consistente en formatos panorámicos de cámara Cirkut al Archivo General de la Nación (AGN), por diferentes razones en algún tiempo el archivo dentro del AGN estuvo durmiendo el sueño de los justos sin haber interés en darlo a conocer.

   Debo confesar que en aquellos años conocía poco de mi Abuelo, apenas mas que se había dedicado a la fotografía y habría estado presente profesionalmente durante la Revolución Mexicana, poco a poco adquirí conciencia de quién había sido y la trascendencia de su trabajo; al rededor del 2005 pensando en la llegada del aniversario del centenario de la Revolución Mexicana tomé la decisión de ser más proactivo, quería que conocieran a mi Abuelo.  Por una parte en la administración  de  la Dra. Aurora Gómez Galvarriato Freer del AGN con la ayuda legal de mi hermano se logró mover las cosas en un sentido correcto, corrigiendo algunos malos pasos; de anónimo fotógrafo pasaba a “poco reconocido fotógrafo”. De este impulso el AGN logró el apoyo para el rescate de archivos históricos, libros antiguos y la restauración de documentos y fotografías por parte de Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI); como colofón en el 2012 se editó el libro El que se mueve no sale en la foto. Aurelio Escobar, fotógrafo profesional.

  Por otra parte, siempre me ha gustado la historia, como lector, mientras mi área profesional ha sido las Artes Plásticas, aunque atraído por la investigación genealógica; por lo tanto empecé a buscar un historiador profesional que se interesara en mi Abuelo, de hecho los primeros intentos aislados fueron previo a la donación al AGN, cuando localizaba una institución adecuada para resguardar la herencia familiar, con tristeza escuché más de una vez la pregunta ¿un archivo de quién? y la respuesta: “no nos interesan las fotografías del abuelo”, aunado a esto estaba el problema de no contar con los medios económicos para financiar una investigación, hubieron esfuerzos infructuosos, el viaje de promoción y el destino me llevó a conocer al historiador, investigador iconográfico, editor y gestor cultural Miguel Ángel Berumen Campos, 2008; en aquel momento se encontraba trabajando en el libro conmemorativo México: fotografía y revolución, tras varias pláticas en un café de Samborns pude ser lo suficientemente convincente para cambiar el proyecto de su libro y que incluyera a un personaje prácticamente desconocido para él, tanto que le dio un lugar especial entre los grandes, Aurelio Escobar se había hecho visible justo en tiempo para la gran fiesta, pero declinó investigar, en cambio me invito para hacer dos pequeñas notas bibliográficas como participación en su libro, una sobre Heliodoro J, Gutiérrez y la otra sobre Aurelio Escobar, más importante que eso me convenció y me proporcionó de algunos consejos para hacer el trabajo por mi cuenta.

  He ahí, que empezó todo, con pocas herramientas formales y mucha ignorancia del tema al cual me enfrentaba; dadas las circunstancia un medio digital parecía prometedor por su accesibilidad, tanto de consulta como de difusión y además era gratuito, así, de un estudio monográfico se fue extendiendo en multiplicidad de detalles y líneas de investigación, materiales, técnicas, contexto histórico, repercusiones, contemporáneos, etc., todo lo publicado en el Blog son los aciertos y traspiés de una sola investigación a lo largo de varios años. No faltó mucho para que fuera patente la sombra de un difuso personaje, si bien de mucho renombre, Hugo Brehme, fotógrafo alemán al final de su vida naturalizado mexicano; muchas de las entradas del Blog se relacionan con él, la razón: la colección de fotografías acreditadas a Brehme y en resguardo de la Fototeca Nacional, Pachuca, se  incorporó al registro Memoria de América Latina y el Caribe, dentro del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, el 20 de noviembre de 2002 (1); entre todas las imágenes acreditadas e incluso firmada por Brehme había un retrato de Emiliano Zapata, muy similar a uno producido por H. J. Gutiérrez y a un negativo de cristal que rescaté en el jardín de mi casa (2); negativo que por vicisitudes de la vida terminó indebidamente en manos de Carlos Monsivais y hoy es patrimonio del Museo del Estanquillo siendo que se había donado al AGN. La coincidencia era evidencia de algo sospechoso, desde mi punto de vista Hugo Brehme no tenía espacio en ese lugar, tener la intuición de un error en el discurso basándome en los recuerdos de las pláticas con mi Abuela y uno de sus hermanos no se volvieron en evidencias documentales; ¿cuándo fueron esas pláticas, se gravaron, hay declaraciones firmadas, testigos…? Denunciar que un registro ante la UNESCO se había hecho incorrectamente no era cualquier cosa.

   Se había vuelto una necesidad conocer a Hugo Brehme; hay mucha bibliografía sobre este fotógrafo, sobre todo desde el punto de vista estético, su influencia creativa, sus paradigmas iconográficos, sus hazañas personales, hay un lucrativo mercado de sus obras, se han multiplicado los homenajes, exposiciones nacionales e internacionales, pero en realidad poco se sabía de él con certeza documental, poco del contexto de su obra en el proceso ideológico del México postrevolucionario, existían muchos datos especulativos dados por verdad y certidumbre. Denuncié una y otra vez lo aventurado de acreditar imágenes, lo impropio de promover la imagen y percepción de un personaje no bien argumentado, solicité prudencia y corrección, exhorté a rectificar y a esperar; me hice la fama de no querer a Hugo Brehme, de ser en exceso combativo y no me escucharon. Publicar en un Blog no era un medio académico, la mayoría de los lectores son aficionados y para los profesionales el mundo virtual aún era un lugar poco visible y desconocido, en ello no se encontraba el prestigio de las fuentes bibliográficas hechas de papel; en el 2014 se publicó como parte del 75 aniversario del INAH, Aurelio Escobar, Fotógrafo; La H. J. Gutiérrez Foto y Francisco I. Madero. Me había convencido que Brehme se apropió de una imagen proveniente de H, J, Gutiérrez Foto, encontré evidencia que era un hábito y que el reconocimiento otorgado por la UNESCO lo merecía el acervo sin duda alguna; pero solo en una pequeña medida Brehme y había que especificar cual fue su papel fundamental, un buen editor, un excelente publicista, fotógrafo...detrás de la sombra del alemán habían muchos fotógrafos desconocidos y de gran valía, con sus historias y puntos de vista. El epilogo de los años de búsqueda y reflexiones no fue otra entrada en un Blog, me recomendaron probar con una revista arbitrada, en la siguiente liga se puede leer el texto completo en su versión digital de la revista Historias, de la Dirección de Estudios Históricos, INAH.

https://revistas.inah.gob.mx/index.php/historias/article/view/15790/16841 

   Pasó el tiempo y el 14 de Febrero del 2022 el Comité Mexicano de Ciencias Históricas, dio a conocer los resultados del Premio 2021 a los mejores artículos y reseñas publicados en 2019, en la categoría: Historia del arte y del patrimonio, el Premio al mejor artículo fue para: Arturo Guevara Escobar, “Waldemar Melchert en el catálogo comercial Hugo Brehme”, Historias, núm. 102, enero-abril de 2019, pp. 65-97. Este artículo cumplía con todos los requisitos para ser tomado en cuenta académicamente, no más las palabras de un bloguero, el jurado dictaminador define la propuesta de la siguiente manera:

“La aportación de este trabajo al campo de estudio es relevante, en virtud de que al mismo tiempo que propone una visión critica del corpus fotográfico atribuido al fotógrafo  Hugo Brehme logra identificar y reconocer el trabajo del también fotógrafo Waldemar Melchert lo mismo que el de Sommer W. Matteson, contribuyendo a derrocar la idea del artista genio incuestionable (3).”

“Waldemar Melchert en el catálogo comercial Hugo Brehme” es una parcialidad de una investigación más amplia desarrollada a lo largo de nueve años y en gran parte dada a conocer mediante  la plataforma digital Blogger y algunas revistas de divulgación, trabajo que puede ser perfectible en el futuro; hay que reconocer la imposibilidad de este avance sin la ayuda consiente y o involuntaria de abundantes personalidades y por lo tanto hago extensivo el reconocimiento: a la Revista Historias y a todos los que en ella trabajan, a la Doctora Rebeca Monroy Nasr que desde el primer momento que me conoció me ha tratado como si supiera de mí de toda la vida y me ha tratado como un igual, a una amorosa recolectora de pedacitos del pasado Susan Toomey Frost, coleccionista con rigor científico que aparte de compartir su amistad abrió sus colecciones y libreta de contactos para consulta, al investigador Miguel Ángel Berumen que me convenció de emprender esta aventura desde cero, al doctor John Mraz que me hizo entender la utilidad documental de una fotografía más allá del registro incidental, a Dennis Brehme por su enorme paciencia ante mis múltiples preguntas, al coleccionista Carlos Villasana que me introdujo en un mundo fantástico, a la Fototeca Nacional en Pachuca, el AGN, el Museo Franz Mayer, el Museo del Estanquillo, al Museo Nacional de la Revolución, al INAI, al doctor Gregor Wolff del Instituto Ibero-Americano en Berlín, y todos los demás académicos, coleccionistas, y funcionarios que son muchos y de una u otra forma participaron esperando que no se sientan por no ser nombrados explícitamente.

   Agradezco al Comité Mexicano de Ciencias Históricas, y en especial al jurado dictaminador: Arturo Aguilar Ochoa, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Francisco Gelman Constantin, Universidad de Buenos Aires. Claudio Molina Salinas, Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Adriana Cruz Lara Silva, Museo Regional de Guadalajara del INAH. José Arturo Ávila Cano, Sistema Nacional de Fototecas del INAH.






   Hay caminos sencillos y ortos muy complejos, los últimos son los más divertidos, por eso no hay que dejar de mencionar las dificultades, han habido problemas de diversa índole para llegar hasta aquí, por ejemplo el proyecto ahora premiado en su parte de publicación, fue puesto a consideración en el 2016 para recibir un apoyo por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en su programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, claro sin lograrlo. Hay mucho por corregir, en lo personal y colectivo, es bueno empezar por casa, por lo tanto hago público la aclaración que presenté a la Mesa Directiva del CMCH y al Jurado de los Premios del CMCH 2021:

   Por la presente aclaro el estatus académico en el cual me encuentro, el día 14 de febrero en el correo electrónico con el fin de informarme que era reconocido con el premio al mejor artículo publicado en 2019 en la categoría de Historia del Arte y del Patrimonio por el Jurado de los Premios del CMCH, se dirigen a mi persona de la siguiente manera:

“Apreciable Dr. Arturo Guevara Escobar

Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda”

Lo cual es erróneo, coincidentemente en esos días alguien me expresó: “tu opinión no cuenta por que fuiste incapaz de terminar una carrera” lo cual es cierto y hay que aclarar las verdades en el equivoco; no tengo ningún grado académico digno de mención ni los he ostentado, en cuanta ocasión se ha dado un mal entendido lo he aclarado y en el presente debo disculparme por haberme retrasado un poco más de dos semanas en hacerlo; he intentado obtener un grado académico en 5 oportunidades: ingeniería, arquitectura, dos veces en artes plásticas, todas estas por medio de un sistema escolarizado y por medio del reconocimiento de saberes adquiridos en el área de historia; en cada situación en que se me ha solicitado el comprobante específico de cada grado académico lo he presentado, y la formula que yo uso dada la circunstancia es: “con estudios en la escuela…”, en lo cual no creo incurrir en falta alguna al actuar con verdad, o simplemente uso el calificativo de "escultor" pues esa es mi profesión y forma de vida; mi último grado escolar certificado a mi disposición es preparatoria, la cual terminé a duras penas; paradójicamente siempre me manifesté como buen alumno, en ocasiones de excelencia, aunque algo salía mal en algún punto.

  Me llevó muchos años entender y aceptar cual era el problema y mientras tanto me empeñé en hacer las cosas a mi manera sin medir correctamente las consecuencias, por eso no encontré la forma de llevar a buen término mis estudios, ahora quiero compartirles esa realidad,  soy un autista de altas capacidades, o autismo T1, lo antes conocido como Síndrome de Asperger, esto ha sido debidamente diagnosticado, lo cual no implica ninguna ventaja ni limitante a priori, simplemente soy razonablemente apto para vivir en el mundo neurotípico que con frecuencia puede ser altamente hostil, por tanto, en la práctica si existen dificultades adicionales para personas como yo sobre todo relacionadas con la convivencia social. En el espectro autista hay algunos individuos mejor adaptados que mi caso para actuar bajo los parámetros nerotípicos, otros por el contrario experimentan aún mayores complicaciones; por eso el reconocimiento que se me va a otorgar reviste para mi persona de una profunda significación.

   La palabra autismo la acuño Eugen Bleuler en 1908, pero fueron Leo Kanner y Hans Asperger entre 1943 y 1944 quienes inician estudios sobre esta peculiaridad de la mente humana; pero estaban descubriendo el agua caliente, la neuro diversidad existe en la humanidad desde siempre aunque con otros nombres, magos, brujas, hechiceros, adivinos, vates, orates, y tantos más calificativos positivos y denigrantes; sea en el espectro neurotípico como en el atípico existen individuos dotados y menos dotados, no se trata de ponderar inteligencia, la diferencia está en la forma de percibir el mundo y manejar la información a un nivel neuronal. Pero hay un problema, estadísticamente las personas del espectro autista somos menos e inversamente rechazados, por norma general para ser aceptados debemos aparentar no ser autistas, y eso es muy desgastante y frustrante. El autismo es una condición neuronal del pensamiento, una forma diferente de sentir y afrontar la vida. En parte por eso retrasé el hecho de informar el equivocó sobre un título académico no merecido, pensé que era una buen oportunidad hacerlo en público y manifestar una realidad poco visibilizada de las instituciones educativas y en consecuencia del  hacer académico.

Mis expectativas fueron ingenuas, a causa de la pandemia de Covid el evento de premiación fue virtual y no tuve la oportunidad de expresar palabra alguna, por cuestiones de tiempo, eso se me dijo, mi sinceridad tampoco recibió reciprocidad, me dio tristeza escuchar el elogio a los alumnos en proceso de titulación que obtuvieron un reconocimiento similar al mio, pues su esfuerzo los equiparaba a los académicos formalmente en ejercicio, me dio tristeza oír hablar repetidamente de colegas, y no fue por envidia se los aseguro; no puedo ser llamado colega de ningún miembro del Comité Mexicano de Ciencias Históricas por que en el 2016 la Subsecretaría de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación, Dirección de Acreditación y Certificación, de la SEP, dictaminó que no tenía los atributos necesarios para el supuesto; por tanto el CMCH otorgó un reconocimiento destinado a los colegas a un autista con bachillerato terminado que no pudo obtener el certificado nivel Licenciatura ni un Título Profesional en el área de Historia, gracias, me siento realmente  honrado. Del examen de saberes adquiridos no puedo decir mucho dado que hay un contrato de confidencialidad de por medio, pero... puedo mencionar algunas lecciones que obtuve: el examen no es cuestionable aunque sea ilógico, ante una pregunta estructurada como hipotético ejemplo se debe contestar por intuición no por lo que literalmente se diga; contestar a una pregunta formulada como ejemplo hipotético con un ejemplo hipotético es muestra de pasarse de listo y prueba de la necesidad de pasar más tiempo en una escuela; demostrar que se sabe seguir las reglas, cumplir los requisitos, tener logros profesionales y al final ante unos sinodales hacer lo contrario es muestra de incapacidad; tan solo soñé con ser reconocido como soy y no por saber seguir las reglas.

  El 14 de marzo de cada año se emplea para hacer conciencia de las altas capacidades, el 2 de abril para la concientización sobre el autismo; Jeanne Siaud-Facchin, psicoterapeuta francesa y una de las  principales expertas en los problemas que provoca el exceso de inteligencia acuño la expresión “Zebra”, en el sentido de definir a las personas del espectro autista entre otras, esto en la razón que las cebras son el único equino no domesticable, por experiencia personal puedo asentir, es el sentimiento y razonamiento que me ha marcado por mucho tiempo, las instituciones educativas han sido un lugar donde tratan de domesticarme. Es importante aclarar: el  exceso de inteligencia se refiere a la sobre saturación del pensamiento, aveces bueno, aveces una verdadera tortura. También agradezco a todos los lectores que han sido asiduos o eventuales en tantos años.

  Les dejo la letra de una canción escrita por una Zebra, Tania, quien adaptó la canción original “Je suis un Homme” de Zazie, Tania es uno de los miembros de la Asociación Zebra fundada por Jeanne Saiud-Facchin.

https://www.youtube.com/watch?v=0tEdCei1dBc

 "Soy una cebra"

Soy una cebra negra y blanca

bien extraño infante

manipulador a tiempo completo

de ustedes en verdad muy distinto. 


No quiero la escuela ni al profesor

de estudiante perfecto ni por error

me etiquetan niño precoz

la normalidad no es mi fuerza. 


Estoy totalmente perdido entre las angustias

a menudo en un impasse

mi mente fácilmente se casca

porque delante de mis miedos pierdo la faz. 


Me planteo muchas cuestiones

el fin del mundo y su creación

continuamente en reflexión

mis pensamientos tornan bajo presión. 


¿Por qué soy como soy?

No lo quise

No lo elegí

Sin embargo 

me rechazáis 

me juzgáis 

y  huís 


Nosotros somos totalmente ignorados por el estado

nuestros problemas no los atingen mas

nos dejan vivir nuestra infancia 

en el perpetuo sufrimiento.

Los ministros nos ignoran con realeza

y hay demasiados infantes

con la cabeza baja al marchar

forzados a llorar silenciosamente. 


¿Por qué soy como soy?

No lo quise

No lo elegí

Sin embargo 

me rechazáis 

me juzgáis 

y me rehuís 


Pesadillas, tristeza, ideas negras

y cuando llega el sueño

mi corazón se cierra y bate en su caja torácica. 

todo se vuelve crítico 

tengo miedo, pánico, 

grito y el dolor se intensifica. 


Soy el animal fuera del enclave 

soy la tacha sobre la tabla 

el cordero que no sigue al pastor 

de ahí tiro mi firmeza. 


Soy al que llaman superdotado 

soy aquel que es mal nombrado

espíritu perdido en un dédalo

pequeña cebra presa por caballo.  







1) Para mayores detalles de la declaratoria consultar:

    http://198.199.101.186/uploads/ckeditor/attachments/56/textos_vega_valeria.pdf

2) Esta historia se publico en: Arturo Guevara, "La fotografía de Emiliano Zapata", en Relatos e

    Historias en México, México, Mayo 2009. Páginas 22 y 23.

3) El video de presentación y los discursos se pueden consultar en la siguiente liga:

    https://cmch.colmex.mx/premios